24 jun 2008

Ritual



Cada media tarde los mismos viejos –rostros de pesar agrietados, manos toscas, gruesas venas, uñas veteadas e invadidas de hongos, barbas de toda la semana. Dientes amarillentos y pulmones ennegrecidos por el carbón- con sus respectivas marcas en los asientos de siempre, su hedor característico a aceite de caja quemado, su rastros genéticos, sus células muertas en cada retazo del terciopelo sucio del tiempo y la falta de aseo. Exhiben las marcas de las numerosas batallas, cicatrices alargadas que quedan como testimonio de lo épico del asunto, carbón recién extraído que se mete por los poros e incrementa el riesgo de auto combustion. Ellos levantan sus piernas, sacan su falo descolorido, orgullosos lo agitan de un lado a otro, los comparan y rocían un líquido amarillento en las patas de las butacas, la mayor propiedad de cada uno de nosotros. La madera débil por lo constante del asunto cruje cuando los corpulentos machos vuelven a su posición de centinela.

La convocatoria es a las tres de la tarde. El umbral se abre a esa hora y nos transporta a la época de largos colmillos y gruesas capas de piel. Un coliseo prerromano de mínimas dimensiones, sin armas las únicas defensas son la vitalidad e inteligencia de cada quien. Por bastante soy el mas joven que había dado su vida por una de estas butacas pateándole el culo a un viejo imbecil que no hacia mas que contar las anécdotas de todo lo que tuvo, y como lo perdió. En realidad creo que muchos me agradecieron con una simple mirada de aprobación, una que otra palmada en el hombro, además de una cerveza gratis. Luego del rito de pelea los cuellos se desinflan, los falos vuelven a su lugar y todos los hombres enfilan la vista al frente desahuciando al compañero vencido. En el fondo, no podía ocultar mi dicha. Y aun mas en el fondo empezaba olvidar porque había llegado a este lugar, ya soy parte de el. Jennifer entra justo como todos los días, no tan despampanante como quisiera, pero por Dios, era la única mujer en Kilómetros. Conciente de su llegada inflo un poco mi cuello, sacó mis garras, acomodo mi falo -todo en vano- Ella pasa de largo, saluda a su padre, se instala en la mesa mas alejada y fuma un cigarro antes de empezar su labor diaria. Por su atuendo descifro el día –miércoles-

Aunque enfilados al frente ninguno de los hombres quita la vista de la mujer que entró –Jennifer- todos susurran su nombre al tiempo y empinan la cerveza en conmemoración de los años desperdiciados, las viudas, los hijos que se fueron y nunca volvieron. En cambio yo simplemente tomo un sorbo sin ninguna rememoración al fondo, solo un sorbo de la misma cerveza de hace dos años. Aun nadie me abandona, no tengo recuerdos, vivo como un espía encubierto sin recuerdos, dolientes, parientes, deseos. Dos años trabajando en el mismo lugar con la mayoría de los viejos que comparten la barra conmigo, cargando y descargando los camiones que llegan a la mina. Ganaba lo suficiente para pasar un tercio de mi vida metido en este espacio deforme que me consume día a día. Jennifer era lo único diferente que se veía por aquí. Ella es la que administra la posada en la que la mayoría de nosotros pasa otro tercio de su vida. Apenas llegué me advirtieron que dos hombres habían perdido sus manos por tocarla, y era entendible, su padre fue guerrillero cuando ser guerrillero significaba realmente algo, ahora nos servía tragos a todos y llenaba sus bolsillos con la esperanza de un retiro decente algún día.
Aunque en el algún momento sentí que tenía cierta ventaja por tener mas o menos su edad todo se esfumó cuando día a día caí en cuenta del tipo de crianza represiva que había tenido. Obligada a limpiar los desastre de un grupo de viejos sin vida, sus orines, sus excrementos, sus vómitos. Dejar acumular la mierda debajo de sus uñas, en su piel, no puedo sentir mas por ella que un profundo asco.

Ese día no hace falta decir que bebí demasiado, saltar de nunca dirigirle palabra a invitarle un trago era un movimiento nada conservador. Ella acepta y los viejos resoplan casi al unísono, puedo sentir como somos el centro de las miradas y empiezo a temer por mis manos. Nunca he dudado del poder del alcohol, y creo que este es el preciso instante para afirmar mis creencias. En dos años nunca había escuchado su voz, solo intentar una que otra vez leer sus labios en vano, escuchar sus suspiros lo que era una tarea casi imposible con los ruidos vitales de una veintena de viejos en sus últimos años. Captar su mirada cuando leía uno de sus libros detrás de la barra, me imaginaba comentando, poetizando mis palabras, estableciendo una buena critica y sacándole una sonrisa, pero si terminé en este lugar no es por mis privilegiados conocimientos en otros aspectos de la vida. Cargar, descargar, mi vida es solo eso. Quizá ella estaba cansada de todo al igual que yo. Su voz es suave, otoñal, maternal, amena, sobrecoge todo los alrededores y lanza un rayo de luz que se dispersa en los rincones más oscuros del lugar. En realidad no se que está diciendo, su nombre, Jennifer. Ya lo se todo de ti, no hace falta que digas nada mas. Sonríes, no se porque, aun no he dicho nada. Tomas un trago, y siento como tu padre nos observa –¿Tu padre? ¿No hay problema?- No, dices, me explicas que el lleva tiempo insistiendo que salgas con gente de tu edad y que te alejes de todos los viejos esos de la mina.
Claramente con unos tragos mas mis sentidos empiezan a verse afectados, mi lengua se traba en el deseo de tener una conversación fluida, mi mirada se tuerce hacia un lado y me empieza ese tic en el parpado izquierdo. Elevo la voz un poco, confiado por el beneplácito de tu padre le hago un gesto con la cabeza, en cambio el no devuelve nada, solo una fría expresión de no te extralimites. Entiendo claramente, es mas, me alejo un poco de Jennifer y establezco una distancia mínima de acercamiento –tres palmas- Tomo cordura y trato de obviar el alcohol que recorre mi sangre, le pregunto de los libros que lee, de sus aspiraciones. Voy un poco mas allá, inspirado por la confianza que me da, le pregunto su punto de vista al estar rodeada de hombres y pasar buena parte de su vida en un lugar como este.

Los ruidos de la minan no cesan. Tres turnos de hombres entran en sus fauces día tras día. Explotando, martillando, transportando el mineral. Salimos del bar y a lo lejos observamos los destellos, dos segundos después el ruido de la explosión. Termino mi cerveza y lanzo la botella a un lado del camino, esperanzado. Nos sentamos a la orilla de carretera y dejamos la conversación a un lado por ahora. Tomamos las estrellas como nuestras, la brisa que se cuela entre la selva y la llanura artificial creada por el hombre. Una montaña boca bajo que se extiende miles de metros y en su interior hombres trabajando su desdicha, muriendo con cada carga, con cada explosión del denso polvo, congestionando sus pulmones. Los ruidos animales, tigres dientes de sable que acechan a lo lejos a los mamuts que pisan fuerte y se protegen entre si, en la era glacial el hombre moderno lucha por mantener sus comodidades. Produce energía de la naturaleza y segrega un pus oscuro a cambio que devuelve como pago. Ella toma mi mano, demasiado rápido pienso yo. De piel tersa y suave caigo en cuenta en lo ásperas de las mías, eso no es importante ahora. Dejo las estrellas y me concentro en mi papel, actuar, no actuar.

Los viejos rugen entre sí, gurutan sonidos indescifrables, desde hace mil años los mismos gestos –algo se aproxima- Amenazan, dejan ver sus garras, inflan sus cuellos, fruncen el ceño y los colmillos aparecen justo cuando un macho ajeno aparece entre las sombras. La luz invade el lugar, por unos segundos y recuerdo las bondades del exterior, el olor del campo, el soplar del viento, Jennifer. Mierdas que se esfuman cuando la puerta regresa a su lugar y me hundo nuevamente el olor a humo y orine acumulado desde hace veinte años, el piso pegajoso, las cucarachas que pasean entre los vasos del lavaplatos. No quiero ni pensar en toda la mierda que hay acumulada en esta barra y las veces que le he pasado la lengua victima de una de mis borracheras, ese no es punto hoy.
En la última butaca de la asquerosa cueva en la que convivimos me siento acechado, observado por todos veo como el extraño se acerca a unos pasos de mi posición –es mi turno- Las garras se retraen y todos miran de reojo lo que parece ser el comienzo de una lucha mortal.

Mi mano descansa junto a la suya. Siento pena de mi piel pálida y mis uñas sucias, a ella no parece impórtale. Explosiones al fondo, bramidos, la lluvia que se acerca –ella se acerca y tu no te percatas- coloca su cabeza sobre mi hombro. Desde este punto de vista puedo ver la generosidad de sus pechos, confinados, su cabello que cae sobre ellos. Castaño, mal cortado, y descuidado por las muchas labores y la falta de estimulo. Aceitoso. La lluvia acecha aun mas cerca, ella al parecer no le molesta la idea. Pequeñas gotas caen sobre su piel tersa, sobre la mía amarga y niquelada otras menos agradecidas. Este es el único día que cuenta, el único día que vale todos.

22 may 2008

Revoluciona Tiempo

A todos mis amigos de carne y hueso

I

Desapareces
ante miles de rostros
solo uno a la vez.

Apareces
entre cuadros infinitos
te reconozco.

Señor de dos rosas
una melodía
tus anteojos
la ausencia de motivo
en tu mirada.

Tu caminar nubla mi mente
nubla mi alma tu descuido
encorvado deambulas
resignado me señalas.

Al tanto de todo ensordeces
exento al tiempo te ajustas.

Revolucionas mi existencia con tu paso
ajeno a mi atención te acicalas
observas el mierdero
te resignas.

Invencible
sin atención nos observas.

Palpita señor
descansa inmóvil.

Victima de tu negligencia
de tu desidia.

De la vida en la calle
entre suciedad y harapos
en los cerros
donde el tiempo no pasa
donde los cañones hablan
matan.

Acompaña mi camino señor
se victima junto a mí
en el espacio donde existes
en el espacio que pretendes dividir.



II
Marchitas
sin vida
sin amor
sin compasión.

Duras como la verdad
mi verdad.

Las rosas reposan en su cabeza
su olor enrarecido
de anteayer
las define.

De relato europeo son las rosas
de lugar romántico y solitario
de plaza bizantina y campanarios
de posarse sobre las orejas del señor que me acosa sin palabras.

Rosas brillantes y espinosas
de labios rojos terciopelo
fieles al señor en sus aventuras inmortales.

Desgraciadas
despiadadas
insanas
despiadadas sin más.

Sin compasión alguna me delatan
carentes de emoción murmullan

Mi vida
la de todos.

Escudadas en la cien de nuestro señor
hacen caso omiso
ensordecen.

Analiza señor
esa melodía de hace mil años,
los murmullos de hace mil años.
esos labios agraciados de los que parecen miles de años.

Monstruos escarlata
de cegadas intenciones
coqueteen entre si
palpiten
desaten la tormenta.

Solo sin sentido
en la tormenta repentina
en la miseria
como el señor que no habla
ríe.

Revoluciona.

III

En el intermedio nada actúa
tu señor solo observas
flotas esperando el destino
otro viejo impuntual y déspota.

En el intermedio todos pueden vivir para siempre
el sol no transita
la noche nunca llega
y por ese mínimo instante
los años nunca pasan.

En el intermedio nadie tiene respuestas
las personas simplemente ansiosas
lagunizan sus emociones
dejan de ser humanos.

Puedo morir aquí
victorioso tomarás mi vida
pero no ahora viejo
marchitaran las rosas antes de que mi vida arrebates.


IV

Misterioso sobrepasas
todo limite conocido.

Incógnito en la penumbra
poderoso en tus designios
victima al tiempo de nuestro olvido

Señor no lo hagas inevitable
da la vuelta y márchate
la vida aun es muy larga para mí.

Tranquilo tiempo
no encontraras al mismo muchacho que pretende ser incomprendido
o al mismo psicoanalista jubilado
ya muerto.

Sin tu piedad
mucho menos casado y con hijos
desaparece viejo de dos rosas en la cabeza
desaparece beso.

26 abr 2008

11:37


Más o menos a eso de las once Ana Karina se quitaba el pijama de algodón, pequeña ropa de tela estampada con osos y otros animales humanizados que conservaba desde que vivía con sus padres. A las once el programa de variedades de escenografía barata y reutilizada ya hace varias décadas llegaba a su fin advirtiendo que era muy tarde para andar paseando por la casa en ropa de dormir ¿Qué sí la mama de Juan Andrés llegaba de improvisto con la misma pasta aderezada en el mismo tazón de porcelana Italiana? La vería en pijama y empezaría el sermón eterno prefabricado hace medio siglo de los deberes de una esposa, el cuidado del hogar, la correcta forma de vestir, levantarse a las cinco, acompañar el desprecio de sus esposo y esperar todo un día para quitarle los zapatos y encenderle un cigarro. Cantidad de argumentos que haría a una feminista perder sus cabales y escupirle la arrugada cara a la señora Lucrecia.

De mostrar medio culo con los pantalones cortos además de un buen trozo de abdomen pasaba a algo más conservador. Jeans azul celeste con una camisa de botones hasta el escote y, por supuesto, nada de zapatos te tacón para conservar la uniformidad del piso de parqué. Los accesorios se acumulaban en la peinadora al igual que todo tipo de maquillaje que ya ni usaba. En la mesita de noche un libro de autoayuda y un cenicero de cristal. Un edredón rosa con bordado en hilo plateado cubría la cama que tanto odiaba, prefería el sofá para dormir. Todo dispuesto de manera exacta por su esposo hace medio año para su comodidad pero que cumplía en todo menos en hacerla sentir cómoda. Lo material se acumulaba mientras ella lo hacia un lado recordando las ya no tan nuevas experiencias, la universidad, y lo que siempre quiso hacer y no se atrevió.

Ya salir de la casa no le causaba ninguna emoción. Pasear por las mismas tiendas y sobrecargar la tarjeta de crédito habia perdido su esencia hace ya un tiempo. En ese preciso instante, a las once 37, Ana Karina sintió ganas de matar a su querido esposo. Descuartizar, extirpar, disecar, sentir como el calor de la sangre derrama sobre su abdomen plano y desliza hacia su entrepierna manchando en edredón rosa y sus hilos plateados. Ese deseo no era nuevo en ella, cada noche, desde hace un mes, se paseaba desnuda por las habitaciones con cuchillo en mano. Varias almohadas fueron victimas de su ira. Hace una semana fue Alan, el canario de Juan Andrés ahora reposaba en la terraza junto a las gardenias.

Trató de encontrar la navaja curva que habia comprado su esposo en su último viaje al Brasil pero hacia tanto tiempo que habia dejado de reacomodar el desorden de Juan Andrés que se le hizo imposible encontrarla. Y todo esto porque empezaba a comprender que sí la única forma de calmar sus impulsos era pasearse con los senos al aire matando canarios entonces quería hacerlo con estilo y no que el mismo cuchillo de cocina con que rebanaba la mortadela.

21 abr 2008

[Valentine]


[Dolor. Dolor. Dolor -¿No sabes otra cosa?- No sabes de comida chatarra, música de moda, tribus urbanas, pero si del dolor –No me jodas- Tampoco quiero mortificarte dado que tu dolor sea cierto, aunque lo dudo con el alma. No me grites tu dolor, no quiero saber de el ¿No entiendes que no puedo sentirlo? No puedes deshacerte de el, no puedes partirlo a la mitad -¿Para que mortificar al mundo con su dudosa existencia?- Mejor cállalo y ofréceme una sonrisa hipócrita entre vainilla helada, prefiero a ser confidente de tus malos ratos o a tu falso altruismo. Pasión. Pasión. Pasión. Dudo que sepas otra cosa –Y no quiero saberlo además, me aburro. Me aburro con toda mi alma- Vives apasionada, y revelo tu genero -siempre es lo mismo- yo hablando de mas, tu de menos. Una pasión desenfrenada que no lleva a nada, mírame a mi –Sentado el mundo viene a mi, y con el todo lo que necesito ¿Por qué molestarse?-]
-…

[Toma mi mano. Vamos, tómala, suspira. No te hagas de rogar. Se lo cansada que estas de esto, dolor, pasión y falta de valentía. Tantas cosas, cosas y cosas no dichas, dichas, medio dichas, dichas a otros. Lo que revela mas de lo necesario -¿Miedo?- Son muchas cosas, mucho que sentir o no sentir. Si, cosas, o sentimientos, como quieras, que, aunque es un nombre más bonito, es una palabra que no se adapta como quiero a los hechos. Y asumo que sabes que nunca se que sentir ni cuando, ni que interpretar ni como, mucho menos hablar con propiedad, solo que eso es irrelevante en este momento –Ira, una gran ira es lo que puedas meter en tu bolsita de sentimientos provocados en mi, y con eso de por mucho se llenaría- Lo siento, es la historia de mi vida. Y no pidas que te explique en este preciso instante la historia de mi vida, no está en los planes además que sería un total fracaso ya que se puede resumir en una palabra: Marginal –En el sentido exacto de la palabra que es estar al margen o puesto a un lado- Aprecia mi esfuerzo ya que la mayoría del tiempo no te doy explicaciones de nada, lo acepto -¿En realidad quieres perder lo poco que tienes?-]
-No, creo
–Mi amor, ¿Con quien hablas?-
-Solo contigo, amor

[Es veneno, el paso del tiempo, las corazonadas cada vez menos. El paso del tiempo, la falta de emociones. Rutina. Rutina. Rutina. Costumbres. Ya no hables, no suspires, no llores, no te largues, simplemente no hagas nada. Se parte de la estática y deja pensar, deja que me revuelva en mi –falta de- personalidad y halle una posible solución. Ve al cielo mientras, las nubes, tus sueños, tus metas, tus anhelos ocultos, tu personalismo. Interésate en la política mientras, en la cultura, en algún idioma y deja pensar. Lee un libro, cualquiera, el periódico, léelo completo. Haz algo distinto, que no llame mi atención y aléjate poco a poco, un paso atrás cada vez que parpadee estarás pronto ya muy lejos para alcanzarte, hasta extrañarte. Trata de no sentir el tiempo pasar. Se que es imposible, solo dije trata. Obvia mi tono, no es rencor, solo desesperación. Conviértete en sombra, lee un libro, no me extrañes, adiós -¿Estas seguro?-]
-…Si-

[Ahora puedo pensar. En esa melodía de hace mil años. En ese rostro agraciado de lo que parecen miles de años. Puedo enfrentarlos monstruos de mi vida pasada, esta, y la siguiente –Que al final son los mismos- Vengan a mi, planeen una emboscada, coqueteen entre si, hagan alianzas para destruir al ser mas débil. Elíjanme como el ser más débil si les provoca, ya puedo lidiar con todos. Solo hagan acto de presencia y atrinchérense donde les plazca. Un paso adelante cada vez que parpadee estarán ya muy cerca para poder defenderme lo que no es un propósito, solo pretendo ver los ojos de lo que mas me atemoriza]
-El miedo a perderlo todo
-Deja de hablar solo y ven a cenar
-Voy… mi amor-


19 abr 2008

El Intermedio


Una mirada atónita, una de alivio, una más allá que se debate entre la aceptación y el rechazo. La llamada que trae consigo lo innombrable, al igual que las mil y un maldiciones producto de ese recuerdo. De mil recuerdos de un amor-odio de un pasado que se niega a morir. Muchos hablan de describir el sentimiento intermedio. Presente solo cuando no conocemos el próximo paso. A oscuras caminar por un sendero sinuoso y sin muchas opciones de arrepentimiento. Muchos hablan de analizar, de no dejarse llevar por la corriente. Pero eso me condena, sí evito ser arrastrado me convierto en un tirano, déspota, dictador además de reflejar lo poco que se acerca de cuestiones amorosas hasta viscerales. Si acepto entonces traicionaría no la mala imagen que tienen de mí, sino mis propios principios. En el intermedio no sucede nada. La corriente se estanca y los sentimientos se lagunizan, dejando la afluencia para crecer en una profundidad muy pocas veces estudiada.

En el intermedio nadie actúa, todos flotan esperando que el destino, entre otras cosas, resuelva de forma milagrosa todos las incógnitas. En el intermedio nadie tiene respuestas porque las respuestas a nuestras preguntas las tiene otra persona que se niega a confesarlas. Personas que no son movidas por el egoísmo. Simplemente ansiosas, además de dudosas, de las otras que flotan en la cercanía simulando desatención. En el intermedio nadie es feliz, todos dudan de si mismos. Creamos paradigmas y nos desacreditamos. Dejamos a un lado las posibilidades y nos concentramos en las fatalidades. En ver el vaso medio vacío, no medio lleno. En el intermedio insistimos en poematizar todo y darle a cada aspecto de la vida el aire pesado del doble sentido. Que cada cosa significa otra y otra menos factible, pero en la que creemos y debatimos. En el intermedio nadie puede vivir para siempre. Asi que el tiempo debe ser contado como se hace en el mundo normal, aproximando claro. Está de más decir que en el intermedio el sol no se mueve de su posición, la noche nunca llega, y, por ese mínimo instante, los años nunca pasan.

Sueños y pasteles (extracto)


La época de animales de afilados colmillos y gruesas capas de piel había llegado a su fin. Hace millones de años, quien sabe. Solo estamos tú y yo frente al acantilado de los deseos; rojizo, seco, y profundo como mis desvaríos en el tiempo. Observando el atardecer, tomados de manos y cosidos de labios. De miedo a las alturas solo tu mano me ofrece valentía, demasiado cerca del borde para sentirme cómodo. Tú en cambio te caracterizas por ese arrojo típico de algunos adolescentes. Liberal y tripartita te divides en las mujeres que amo, una más dominante que las otras. La diplomática y de pocas palabras. La adicta de los momentos de placer, curiosa e introvertida. Y finalmente la que se parece a tu madre, hace la cena, y lee un libro de autoayuda antes de dormir sin siquiera dirigirme una palabra. Todas unidas en un solo ser, solapadas entre sí. Yo en cambio siempre he sido aburrido y sin sentido. De nada que hacer los fines de semana. De escuchar las tonterías del presidente de turno así como de despertarme temprano y ver las noticias. De no preocuparme por la inseguridad, igual no tengo nada que perder. De querer ser perfeccionista pero reprimir el deseo siendo la persona mas torpe en el alrededor. De ser inseguro y un poco envidioso. Un retrato poco estimulante de mi adolescencia.

Hoy soñé que estabas junto a mí.

Y en el sueño me atrevo a abrazarte, puedo decir todo lo que no siento por ti. Y aun en sueños me rechazas y no te ves muy convencida, lo que es un poco triste. Es mi sueño, deberías corresponder a mis palabras. Sonreír y acercarte a mi rostro, acariciarlo con tus manos suaves. Las caricias nunca sucedieron, solo me dices algo al oído y te marchas dejándome con un indescriptible sentimiento de soledad, de querer vivir en sueños. Con una rabia inmensa tomo un trozo del pastel que trajiste y lo tiro a la basura, en mis sueños comer pastel es un delito. Al igual que es delito tratar de olvidarte. No te preocupes, el resto del pastel sirve para esparcir mi ira, para realizar una decadente actuación de frustración dedicada a tu desamor. Escribir en crema tu nombre por las paredes de mi habitación es una terapia que, quizá no muy bien recibida por otros, es reconfortante para mí, para tu recuerdo, y para tu madre que heredó esa maravillosa cualidad de la pastelería


28 mar 2008

Sonríe como me gusta


Son de esas cosas que nunca se olvidan.

La luz se entibió en el vagón. Las miradas de desprecio acecharon. Fui hacia atrás en mi memoria. No se porque.

Los sujetos anónimos recorrían el pasillo sin fin. Iban y venían. Desorientados. Aquí y allá sin saber que hacer. Les indique el camino, el abismo tras el pasado. Algunos se resignaron, otros persistían en seguir vigentes en mis recuerdos.

Rostros alegres saludaban. Desenfadados. Sin ningún tipo de preocupación. Sonreían hipócritamente y se plasmaban en mi mente resistentes a morir. Ahí estáticos, sin otro papel que hacer florecer mi sentimiento de soledad. Entre ellos aquella niña de nueve años que me acompañaba cada fin de semana, tomaba de mi mano y me daba seguridad ante los otros niños un poco más despiadados, ella no saludó hipócritamente, cuestionó mi decisión. Y ahora me cuestiono a mi mismo -¿Vale la pena?- No vale la pena, ni siquiera recuerdo su rostro ¿su nombre? –Adriana y soy Aries- me susurras. Empiezo a recordar, y sigo sin saber porque. Marte era nuestro planeta. Juntos viviríamos en Marte alejados de los otros niños que querían llamar tu atención. Aun siento el calor de tu mano junto la mía, tu amabilidad y tenacidad al hacerme levantarme una y otra vez ante el desprecio de los otros. Pero al igual que todo un día te marchaste, sin aviso ya no tenia tu seguridad. Quede a merced y pronto yo marché también a otro lugar donde fui tratado de la misma forma escudado tras una timidez perpetua, arrastrando mi pasado, siendo subestimado.

El primer beso escondido tras un velo de inseguridad y un deseo empalagoso de seguir atado a tu lengua, el primer amor y los esfuerzos sobrehumanos realizados por captar tu atención, el primer baile de quince años en el que lucí totalmente ridículo por querer demostrar a tus padres algo que no soy, la primera cerveza y el primer cigarro que te ofrecí fueron fantasías inconclusas que desaparecieron. Todo se esfumó este día. Todo pasó a ser trivial, algo que no vale la pena recordar. Algo que todos olvidan y dan por sentado. Solo frases que trataban de consolar a los que aun tenían la esperanza de vivirlo una vez. Solo palabras vacías. Solo uno que otro que guarda el secreto y lucha por lo que algún día pasó. Valientes los que no olvidan, yo me he dado por vencido

En la oscuridad y desvelo revelo mis pretensiones. Olvidar, solo eso. No sentir deseo de ver a ninguna de esas personas que saludan y esbozan las mismas sonrisas hipócritas que ya he mencionado. Tener el juicio necesario para seguir adelante y pode dormir. Dormir en paz, sin sueños rememorativos, sin recuerdos punzantes cada vez que cierro los ojos.

Pero no eres tan fácil, luchas. Luchas más de lo que hubiese esperado. Pierdo el control de mis emociones y decisiones y pasas a ser tu la que domina haciendo que piense mas en ti hasta desvariar con el deseo de encontrarte una vez mas

Son de esas cosas que nunca se olvidan, tu sonrisa. Trato, en vano. Me persigue y gatilla su poder contra mi. Lucho sin tener oportunidad de victoria como la mayoría de las veces, tú por tu lado descansas en tu trinchera marciana pretendiendo dirigir una guerra ya ganada. Sin preocupaciones ajenas al hecho de hacerme trizas cada vez que fijas tú mirada oculta en mí. Disfrutas todo el escenario. Yo en cambio he gastado mi ultima arma, sabía el desenlace desde un principio al igual que tu.

6 mar 2008

The Rolling Stone


Mientras ella desempaca, yo, un ser anónimo en la que no vale la pena profundizar, me concentro en admirar cada detalle de ese cuerpo tan esbelto, torneado, duro, dios - en minúscula-acoto, tu te erizas y dices -¡blasfemo coño e' tu madre! cuando te mueras te será revelada la verdad de las santas escrituras- yo mientras me medio sonrío y digo- católicos, me limpio el culo con sus santas escrituras- pausa, que falta de educación, permítanme presentarme, soy un hombre que puede llegar a ser realmente imbecil en mis deseos de presumir mi falsa perspicacia y quizá por eso algún día no muy lejano me den una bofetada con las santas escrituras cuando este en el infierno ardiendo ya sin remedio. A veces me tildan de hipócrita, a veces no, a veces creen que soy una buena persona, a veces no, a veces con solo verme argumentan desconfianza. Ella es una mujer. Sin querer me lanza miradas desaprobatorias para que ayude en la aburrida tarea de sacar los trastos de las maletas; que coño yo no hago eso, ¿para que tantas mierdas? bronceador, cremitas, shampocitos, talquitos, perolitos, prefiero rascarme las bolas y ver como lo haces tú. Te quiero amor pero no puedes obligarme a hacerlo asi me salgas con tu discursito de lo que hace y no hace un marido ideal y yo te diga: ¿ah si? pero para quitarme el trabajo no dijiste un coño -¿cierto?- y entonces tu digas –yo no te quite nada, solo que soy mejor que tu profesionalmente- y así hasta que nos arrechemos demasiado y tengamos que pedir habitaciones separadas como en el viaje a Islas Vírgenes. Paréntesis creativo: lo único que me levantaría el ánimo sería hacer el amor en la playa sin preocupaciones, con el mar azul profundo, nadar hasta donde no seamos vistos y…. que carajo no puedo, ¿no odian leer esas groserías socialmente aceptadas que se pueden decir en televisión o leer en uno de esos tabloides oficialistas? ¡Ese, maldita sea, no soy yo! simplemente tirar en cualquier lugar, ¿hay alguna diferencia? ¿o es que sueno demasiado a escritor frustrado? Quizá si lo sea maldita sea y ahora solo me queda ver lo que escribo desde afuera -¿desde afuera de donde coño e' madre?- y simplemente reír. Reír de mi mediocridad al no alcanzar nada como ha sido regla desde adolescente-¡CALLATE!- reír de mi intento por parecer despreocupado al no vender ni cien libros, ¿cuál es la diferencia? ¡contéstame Iñarritu! ¿por qué hacer esto? ¿un intento desesperado para hacer que mis ventas suban? o simplemente que solo puedo escribir mierdas para ser leídas por mi mismo y uno que otro idiota que se llena, literalmente, y mal interpreta lo que digo, o peor, trata de sobre interpretar mis líneas que no tienen ningún sentido metafísico y mucho menos de auto ayuda. Sigo en mi paretensis: nadar hasta donde el mar es más azul y dejar que la lujuria haga el resto. Luego emborracharnos hasta más no poder y hacer un escándalo en todo el hotel y… ¿qué mas? ¿ver una película norteamericana protagonizada por Adam Sandler? ¿cuántas veces citaran a Adam Sandler en este contexto? ¿cuántas veces habrán citado y sobre citado Adam Sandler? Me río en silencio. ¿Por qué coño eres tan ordenada? Pones cada bendito perolito por orden de tamaño, lo blanco con lo blanco, lo negro con lo negro, todo doblado como si nunca fuese a desdoblarse, la cama sin un pliegue y el jabón sin un pelo, si, adivinaron, no soy lampiño guiño. Hacerte tal proposición te haría poner aun de peor humor, lo se. Es que imagino tu mirada y me desilusiono de una vez. ¿Qué sexo ni que nada? Van a ver que vamos a pasar estos cinco días durmiendo, fumando y tirándonos peos. Coño, se da cuenta de mi risa interna y niega con la cabeza como lo solía hacer mi mamá cuando me caía de la borrachera, pero coño, no estoy borracho, bueno solo un poco por esas botellitas maricas que dan en los aviones. Aunque no hice muchos desastres de joven siempre me hicieron sentir como un hijo de puta, coño un chamo tiene que hacer y deshacer. No pueden esperar que sea ejemplar y malditamente católico desde que tenía cinco años. No, no fui malditamente católico desde lo 16 y eso le reventaba las bolas a ella que se quería casar de vestido blanco con los anillos en la almohadita y lanzar el ramo hacia el lado de la prima solterona para darle un poco de esperanza. Al principio era bueno y le decía que si. Ahora que coño, que importa ya estamos viejos, una boda cuando la mujer pasa de treinta ya no es tan glamorosa. Solo quiero dormir estos cinco días sin pensar en mis deudas y en la vieja puta que toca el órgano en el trasfondo de mi vida.

Esa profesora de ingles si está güena necesita a alguien que se lo emburre como es paque aprenda esa es que no me ha visto a mi elmiki- el grupo esta dividido bajo ciertos parámetros; el líder muestra su guante y reparte golpes en la cabeza a sus subordinados, las chicas rodeando al macho alfa que utiliza jeans y franelilla, el bufón que es atacado por todos y parece disfrutarlo, los lacayos que asienten ante las anécdotas del sujeto enguantado parcialmente ¿No odian estos sobre análisis típicos de estudiante de sociología recién graduado? los odio, ¿qué se creen para exigir un idioma o años de experiencia cuando ni siquiera ustedes lo tienen desgraciados? Me invade algo que defino como –nostalgia- entre susurros solo para despegar mis labios resecos después de cinco días de sol y nada de sexo. Nostalgia de esos tiempos en los que podía simplemente escribir y no tratar de ser un poeta bajo un cielo artificial que recicla las palabras una y otra vez. Que poeta carajo, sigo tratando de vender un falso yo, lo siento, tengo muchas deudas que pagar. Me afeito y firmo autógrafos a mis fieles imbeciles seguidores que siempre asisten a las librerías e interceptan preguntando cualquier idiotez del que no recuerdo haber escrito a lo cual contesto con algo infinitamente mas rebuscado lo que parece llenarlos de felicidad, en tanto menos comprendan lo que digo mejor para ellos. Siempre es el mismo gordo religiosamente mal peinado, la misma solterona cuarentona que ha intentado llevarme a la cama para confesarme su mas íntimos pensamientos, el ejecutivo bizarro que tiene todo el dinero del mundo pero que no consigue lo que realmente busca, y la estudiante con lentes de pasta que hace su tesis de la mediocridad de la nueva generación de escritores latinoamericanos. Nostalgia de cuando me hacia pasar por investigador y me convencía íntegramente de que tu eras asi y punto. Nostalgia de cuando en cada párrafo escribía al menos una palabra que terminara en mente, asi como te describía en mis manuscritos de piel bronceada y pegajosa mientras la mia es amarga y niquelada. Nostalgia de cuando podía ser casual y pasar desapercibido ante ti, ahora tu mirada me acecha y no se que hacer ante ella, ¿soy tan evidente? solo no consigo un poco de paz. Paz que no quiero tener por mas de cinco minutos, esencia humana quizá o presumir de un poco de locura sin mas que decir que ya la expresión lugar común no es exclusiva para los estudiantes de ciencias sociales o esos supuestos expertos en la materia que salen en los programas mañaneros. Y la profesora de ingles que no tiene mas opción que dar clases en un liceo publico y aun no se da cuenta que tiene que renunciar a las faldas cortas y los escotes, me coquetea –me encantan tus libros, los leo antes de dormir y veo lo sola que estoy en mi departamento de soltera con cortinas negras, me encanta esa línea- si, te encanta porque eres una idiota, pienso – me gustaría tanto que me acompañaras, y me dijeras al oído todas las líneas que despiertan placer en mi- me medio sonrío y tuerzo la boca haciendo como que mi mujer me mata a puñaladas, luego me desmiembra y entierra cada pedazo de mi en sitios estratégicos de la ciudad si se entera. Lo siento, me muero por verte las tetas y llevarme la sorpresa de que eres un transformista muy bien hecho, que por eso te gustan mis libros, pero no puedo. Llegar al dilema de salir huyendo como un heterosexual cobarde, matarte a golpes como un machista depravado o simplemente decir que coño y hacer de tripas corazón es una situación en la que siempre he querido estar pero tu eres mujer yo lo se, asi que mejor vete a tu casa, calienta la comida que tu mama te dejo en el refri y lleva a cabo tu cena-masturbación viendo la novela de las nueve, y pensando en mi, perra.



Desde que tuve que vender el carro para aliviar un poco mis cuentas he tratado de analizar a esta subgente que siempre parece estar malhumorada. Cada vez que tomo el autobús nadie me reconoce, nadie susurra ese es el escritor que no ha vendido mas de cien libros. Recuerdo cuando mis amigos todos los fin de semana leían lo que escribía y trataban de analizarlo, lo que carecía de sentido porque estaba completamente borracho cada vez que lo hacia. Ahora todos tienen algo útil que hacer en la vida, dinero, carros, viajes, putas, putos, y yo siento que no he avanzado nada desde aquel momento, suertudos hijos de perra ahora ni siquiera tengo carro para visitarlos y pedirles que me den dinero, tengo que aguantar el calor y la invasión de mi espacio, lo que conlleva a interactuar con gente sudorosa, a ceder el puesto a viejas quejonas que se montan con la única intención de joderme la vida, o los viejos peludos de bombacha que ni siquiera pueden mantenerse en pie, la típica embarazada con la barriga de tres metros, o la ejecutiva bien vestida que esta mas o menos en la misma situación que yo, desesperada y harta de pasar la mitad de la vida en el trafico. Estoy recién afeitado, que mas da que te pueda ver las tetas- este trafico está horrible- me analizas, no te ves tan antipática, es mas me sonríes de una forma demasiado condescendiente, seguro por mi saco Armani que es lo único que me queda de lo que alguna vez llame fortuna –después de cierto tiempo se vuelve costumbre- contestas, dios como te quiero ver las tetas –déjame adivinar, recién graduada y aun no ahorras lo suficiente para comprar el carro que quieres –no exactamente, soy estudiante de sociología y estoy haciendo mi tesis del comportamiento agresivo de la gente producto del transporte publico –no me digas– valla, es un tema que nunca me hubiese pasado por la mente –idiota, como odio a los estudiantes de sociología, infelices que se creen superiores, desgraciados come mierda, ya no quiero ver tus tetas perra. No trates de buscarme conversación, mi saco Armani y yo no estamos disponibles. Quiero dormir, solo quiero llegar a casa para que mi mujer me forme el mismo peo de las nueve por las cuentas sin pagar y poder dormir tranquilamente con o sin el órgano y su melodía al fondo del escenario. Con o sin ganas de querer ser mejor desde este punto, de hacer un cambio en mi vida y aparecer deprimido e infeliz en la foto del antes y sonriente totalmente esperanzado en la foto del después. Ya no quiero esto, no.

Mujer que toda la vida ha trabajado, descansa. Descansa por mí y no dejes que las viejas avaras hagan domingo contigo. De manos gruesas y talladas por todos los días que te levantas a las 5 de la mañana. Por tu hija que solo ve novelas de una a cuatro y te pregunta de vez en cuando en que te puede ayudar. Tu piensas que no, que tu hija no debe pasar por el mismo trabajo que tu y la dejas entallarse en esos jeanes tan provocativos y esos escotes delirantes excusándote bajo el argumento de que ella tiene que disfrutar lo que tu no, que ella es buena, que estudia. Desaparece con el sol, un poco de dinero y le das esa libertad que tú no tuviste nunca. Tus intenciones son buenas mujer, yo se que son buenas. No cuestiono tu fe, te dejo rezar como todas las noches, una vela a un santo de esos raros al que le encomiendas los pasos de tu hija- que no le pase nada malo a mi hijita, cuídamela Diosito, ella es una buena muchacha yo lo se- Luego de vender el carro tuve que despedir a la señora de servicio, no podía pagarle más asi que no pude tirarme a la hija mas, lastima. Ahora yo mismo tenia que fregar los platos cada noche para no escuchar la misma cantaleta, coño aunque sea podrías hacer una cena decente y no los mismos huevos fritos para desayuno, almuerzo y cena, o el mismo pan blanco insípido que no provoca ni comer. Igual no haces nada, solo culparme a mi de esta maldita decadencia en la que vivimos, ya tampoco quiero verte las tetas, bueno si, pero no ahora, estoy muy arrecho. En serio. No trates de hablarme, no estoy de ánimos. La editorial no quiere saber nada de mí, mis padres nunca quisieron nada de mí, no tengo currículo, no hablo ingles, no tengo carro, no tengo tarjeta de crédito, no tengo pasaporte, y soy medianamente bisexual que es lo que faltaba. No, no quiero hacer el amor para que apenas terminemos vuelvas con el mismo discurso de tu y tu profesionalismo que no te sirve de nada porque estas igual de desempleada que yo. Lo se, ¿por qué me odia tanto? Simple. Gaste todos los malditos ahorros tratando de financiar mi libro, luego la despidieron a ella, luego a mí, y no he vendido ni cien libros por culpa de ese idiota de Paolo Cohelo que acostumbro a todo el mundo a leer mierdas de autoayuda y supuesto crecimiento espiritual pero nadie quiere leer mi maldita realidad. La realidad de todos en algún momento de la vida, nadie es malditamente feliz siempre. Al igual que ella mi voluntad también murío, sabía que ya no me amaba. Era cuestión de tiempo para que encontrara a un tipo en un carro mientras ella hacia las maletas desesperadamente antes que yo llegara y le dijera –vete, no me importa- y ella dijera –nunca te importo- y que coño si nunca me importo, siempre quise vivir solo. Al final de todo todo me abandonará. Ya no tengo más opción que seguir cayendo. Caer en el mismo abismo del que nunca pude salir.

Vamos, no soy uno de esos viejos verdes que te dan asco, bueno no tan verde. Si, se fue. Ella se fue. Ahora tenía que matar mis ganas en un lugar de mala muerte terminando de gastar mis ahorros con esa niña que habia leído mi libro trescientas veces y me contaba todas las noches la historia de su vida. Ya me la se de memoria perra. Eras una puta y le contabas al mundo lo puta que eras, que te acostaste con tu novio, con el amigo de tu novio, con el amigo de tu amigo, que me importa. Hasta que tu suerte se acabo y la regla dejo de venir, cómico desde cierto punto de vista. De novela lo ocultaste hasta que la barriga no dio mas y confesaste a tu papa que no era nada comprensivo, muchos menos tus hermanos después de haberte acostado con todos sus amigos. Te fuiste sin nada, a casa de un viejo borracho que te conseguiste en el camino. Tuviste sexo con él cada noche en una especie de pago de alquiler macabro, sintiendo su olor aberrante, sus manos asquerosas que recorrían tu cuerpo aun de niña una y otra vez. Un día no aguantaste más y huiste, sin nada de nuevo y con la tristeza a orilla de carretera. Pagaste un hotel por una noche y te lanzaste de las escaleras del primer piso abortando la criatura. Luego viniste a parar aquí, a este lugar industrial y oxidado. A este lugar camuflada conmigo que finjo escuchar cada pasaje de tu desgracia pero igual me cobras al final de la noche asi que no vale de nada, perra adolescente. Estoy muerto ya desde hace tiempo pequeña niña, tu desgracia no me inmuta. Nada me hace reaccionar desde hace mucho tiempo, ni siquiera tus cicatrices o la vieja drogadicta que está un piso mas abajo y toca el órgano en el trasfondo de mi vida. Te dejo entre sabanas, ya no aguanto más este vacío. Salgo del sitio y veo una pequeña silueta entre la basura, le hago señas. La silueta baja la cabeza, luego se asoma y se aproxima. Le doy un billete de veinte, le digo- toma esto llévate lo que consigas en mis bolsillos, no quiero escuchar mas esta melodía-


Rosas


Las dos rosas

De levantarme a las tres de la mañana es una rutina que no repito muy a menudo, a menos

Lluvia o no pienso. Pido al señor de dos rosas en la cabeza que me explique lo que es un beso tuyo. Uno apasionado, sin prejuicios y pocas inhibiciones. El señor de dos rosas se acerca hasta que su olor característico a cannabis despierta mi olfato. No habla. Su mirada basta. Entiendo que es imposible de explicar. Basta con sentir. Las rosas son rojas, reposan en su cabeza. Su olor enrarecido, de anteayer, lo define. Su olor y las dos rosas me permiten reconocerlo. Me dice con la mirada que un beso es imposible de describir, y mas si es uno tuyo. No dice nada, con su mirada basta. Sus ojos dicen- hijo, es imposible de describir. Siéntelo- luego se aleja. Las dos rosas rojas se alejan. El señor se aleja y su olor lo sigue. Se va sin rumbo. Camina sin pensar en las rosas marchitas o su inmortalidad que depende, en gran parte, de mi memoria a corto plazo. El viejo camina por la orilla de la carretera, inconciente. Se marcha. Con una gran bolsa a cuestas y las dos rosas marchitas. Con su barba incipiente y mirada despectiva. El lo sabe todo.

Las rosas hablan. Dicen que soy un idiota, les creo. Que me preocupo más de lo normal. Ponen en duda mi futuro y luego cambian de tema sin más. Se concentran en las bebidas dietéticas, y dan algunos consejos acerca de nutrición. Hablan. Cuentan experiencias pasadas. Sucesos que nadie quiere saber. Debaten, yo escucho. Debaten la existencia del señor y de tu beso. Tu beso. Suave, desconocido. Raro. Simple. Complicado. Raro como una comparación malgastada. Básico. Adictivo. Adictivo como escribir mala poesía o las lecturas del Marques de Sade. Sin ritmo, atontado. Raro, ya. Son asi, sin sentido si, son rosas que no tienen sentido. Todo lo ven. Se ensañan con el tiempo, lo destrozan. Hablan a sus espaldas, entre susurros. Yo escucho, no tengo mucho que hacer. Las rosas hablan si que hablan, pero no delatan no te preocupes. Vuelven a tu beso. Largo y esporádico. De dosis semanales. Estas claramente equivocada, y las rosas lo saben. Tú lo sabes. No basta, y nunca bastará. Hasta que me aburra o te aburras. Ya sabes lo que dicen (las rosas, o el señor de las rosas, dos) de lo bueno, poco. Pero, ¿Cómo cuantificar que es poco? No hay límite. El tiempo lo sabe, y no es un viejo barbudo de toda la vida. Tiene dos rosas en la cabeza y no habla mucho. Carga una bolsa con todas sus pertenencias y se despide sin más. Sus rosas, dos, se marchitan poco a poco.

Las rosas me obligan. Renuncio a tu beso. No quiero algo mas en que preocuparme (si es que es posible preocuparse a esta edad) El desvelo lo suplanta. Es más emotivo, hasta provechoso. Un beso, más si es tuyo, es pasajero. ¿Qué mas si es en la mañana o justo antes de atardecer? Es solo eso, un contacto. No sublime e inconforme. De lo que no se tiene recuerdo porque me obligas a cerrar los ojos para evitar recordar ese rostro que simula entrega.

¿Como describir las dos rosas? Marchitas, sin vida, sin amor, sin compasión. Duras como la verdad, mi verdad, la que me dices todas las noches de déspota a soberano. El sentimiento laico no es prudente. La normalidad las define. De película europea son las rosas. De lugar romántico y solitario. De posarse sobre las orejas del señor viejo y barbudo que me acosa sin palabras. Son rosas brillantes y espinosas. De pétalos rojos. De acompañar al señor en sus aventuras inmortales. Y el tiempo pasa desmotivándome, asi es señor de dos rosas. No se detiene. Me quita vitalidad e inyecta dependencia. Dependencia de algo que aun no comprendo. Un asunto esotérico en el que no creo, el amor. Las rosas me impulsan a no creer, son despiadadas. Odian lo que simbolizan y a San Valentín, no se si a cupido. Al 14 de febrero y ser un símbolo. Odian las rosas blancas, no se si las azules. Los tulipanes les parecen egocéntricos y los girasoles subordinados. Son sin sentido, como el señor que no habla. Solo mira y hace que no escucha los susurros, que no siente las espinas en la cabeza, y que no cree en mi. Es el tiempo que pasa, y las dos rosas acompañan. Con un dolor en el pecho y algo mas de fatalismo, solo un poco. Debaten lo que es normal y lo natural, el miedo. La soledad. ¿El vacío? ¿Es posible no sentirse vacío? ¿Alzar la barbilla y dejar los cuestionamientos atrás? ¿Los prejuicios? El tiempo pasa y es descorazonado. No cree en nadie, mucho menos en mí.

Tu lo sabes, tiempo. ¿Dónde estas ahora tiempo? No lo hagas inevitable. Da la vuelta y márchate. La vida aun es muy larga para mí. No soy un girasol subordinado, no dependeré de ti, por ahora. No quiero paz, quiero cumplir veinte y empezar a preocuparme por mis pocas habilidades. Tranquilo tiempo, cuando vuelvas, en algunos años, no encontraras al mismo muchacho que pretende ser incomprendido. O al mismo psicoanalista jubilado ya muerto. Mucho menos casado y con hijos. Quien sabe si llenando mi vacío con un auto europeo o una mujer sumisa que le encanten las rosas y el sexo al amanecer. Camina al atardecer y toma mi mano. Desaparece viejo barbudo de dos rosas en la cabeza. Desaparece beso.

Sin rosas

Sin rosas. Las rosas no significan, existen. Reposan sobre las orejas del señor, del tiempo. Rodeadas por las paredes de tu habitación. Son rosas, son tus ojos. Grandes vistosos. Esos ojos que me acompañan en la soledad. El recuerdo de ellos. De tu figura espigada caminando entre la multitud. De querer acercarme a ti, sigiloso. Violento ante las miradas opresivas de los que están en el poder. Luchar y tomar tu mano. Larga y suave. Tomarla y huir quien sabe a donde. Escapar un viernes de tantos sin prejuicios y miradas presidenciales. Sin nada mas que las ganas de analizarte, en el atardecer que tanto veneras. O en el amanecer junto a la playa. Estar, ser. Contemplar la naturaleza, tus ojos, tus labios. No ser poeta de un momento, dejar las nubes y el cielo a un lado. Ser cuentista bajo un cielo artificial, de luces artificiales en un paisaje colonial prefabricado. Reír junto a ti. Vivir con tu recuerdo. Esperar a tu llegada. A la llegada del mañana, a tu amanecer. Tu atardecer en la ventana.


4 mar 2008

Fases de manipulacion.

Este texto puede parecer tan personal -juro por mi perro que no lo es!- pero es general, sé que muchos hombres con pareja reconocerán el tipo de manipulaciones que describiré en unos momentos. Lo grave sucede cuando las chicas usan estas técnicas y el hombre arrepentido pide perdón, se siente culpable, entre otras cosas mas pateticas! y que no voy a desperdiciar en describir.

Cuando una mujer quiere algo con bastantes ganas y sabe que tu vas a negarte o que puedes negarte pasa por una serie de fases.
Fase 1: Te lo pide con ojitos o por favorcito

Esta técnica se reconoce porque la mujer habla despacito, como si fuese mimosa, te presta mas atencion de lo normal y quiere darte pena, quiere sacarte esa vena humanitaria en muchos casos inexistente que llevas dentro para que hagas algo por ella. Ya sea que cenes que sus padres, en el mejor de los casos, que salgas de fiesta con sus amigos que son los seres que mas destestas en este mundo, o algo por el estilo.
Un ejemplo casual, estás tranquilo, acostado en el sofá, cama -o lo que sea que te brinde el equivalente al placer sexual que te da tu novia- la noche del viernes viendo LOST que es casi tu religion. No te dan ganas ni de moverte y estás ahí a gusto, feliz de la vida. Tus planes son quedarte toda la noche ahí tirado. Entonces aparece tu novia con cara de -quiero salir- y tu -FUCK! Condenada mujer que no entiendes mis necesidades?- pero vamos, no eres tan desalmado así, tienes una estrategia

-¿Podríamos ir a dar una vuelta por la ciudad?
-Claro, claro, cuando vuelvas avisame como está el trafico
-Comeme los pelos del culo! -pero no se da por vencido, utiliza sus tacticas fisicas y dice-Dale! salimos un rato al cine- mientras te toca y te ve con deseo, pero eres fuertes y dices
-Dejame ver LOST mujer!

Ella al ver que eres duro como piedra a su técnica número 1 pasa a la fase 2.
Fase 2: Hacerte sentir culpable
Tu novia, viendo que la fase 1 no surte efecto pasa a la fase 2, en cuestión de segundos. En ésta fase es normal que tu chica vaya alternando entre fase 1 y fase 2. Lo que hará aquí es intentar que te sientas culpable y para ello usará todo tipo de artimañas descaradas y desalmadas. Desde exageraciones como -es que nunca hacemos nada- -hace meses que no salimos de fiesta- -ya no me prestas atencion- -siempre estas con tus amigos- Lo que son todos argumentos exagerados, totalmente falsos y sin ninguna prueba mas que la mania depravada de tu novia. Cuidado, utilizará cualquier cosa para hacerse la pobre víctima y que te veas como un Charlie Mason cualquiera. En este punto es cuando muchos ceden.
Sigues vegetando sin hacerle caso
-Ugh!, es que siempre estamos tirados aca, quiero salir, nunca hacemos nada (fase2), me siento aprisionada (fase1) Y ademas solo vemos a tus amigos, ¿Cuando salimos con los mios? -despues de esta metralla de frases pre-fabricadas puedes sentir confundido, tranquilo, modula y restale importancia
-Pero si ayer dimos una vuelta por ahi, sabes, cuando nos vimos y te dije la cosa que tenia que hacer ¿Fue ayer no?
-Que te den por el orto!, quiero salir un rato, el otro día nos quedamos sin salir y etc -en este punto empieza a balbucear cosas con y sin sentido para hacerte sentir culpable y los alterna, de nuevo, con la fase 1

Fase 3: El enojo
Tu chica, viendo que sus armas no surgen efecto pasa a otro plan, hacerse la enojada o utilizar la ley del hielo @.@. En esta fase suelen cruzarse de brazos y mirar al suelo con cara de enojada y soltar frases como -dejáme- -no me toques- Decir cosas como -ya estoy harta- -Es que siempre hacemos lo mismo- -ya no eres igual que antes-
En este punto suelen presionarte un poco con la citada ley del hielo. Se van a nulear o a hacer equis cosa sin sentido para ver si le prestas atencion. Se cuidadoso! Se ponen a hojear cualquier cosa que consigan y ordenarlas. Cualquier estupidez que haga ha sido meticulosamente pensada para que vayas atrás preguntando -MI AMOR! ¿Que te pasa? No seas nulita- si dices eso pues ya la cagaste para la mierda y te puedes morir ya mismo ya que te va a castigar más y después te presionará alternándote la fase 1, 2, 3 y caeras en un circulo de locura del que solo saldras quitandote la vida o a ella. Tu decides.

-Cariño, ¿Qué te pasa?
Ella viendo tu debilidad presiona más. Lo curioso es que si en vez de decirle que te pasa, la ignoras, ella seguiría haciéndose la enfadada con frases como -Nada- -Que te importa- pero como reaccionaste decide presionarte más para ver si consigue lo que quiere.
-Nada, dejame tranquila - Coño mujer, se racionable, si estoy cediendo me vas a decir nada?
-Ok. Ve a que te jodan.
-Anda a que te den por el orto
Tu te ries cinicamente y dices
-Ya mi amor¿Quieres salir?
-No, ya no, da igual - aquí básicamente lo que está haciendo es que te sienta s culpable porque supuestamente se le han quitado las ganas de salir por tu culpa OHH que malo eres!
-Bueno, nos quedamos acá
-Hijo de puta
Fase 4: La Desesperación
Acá es cuando está del todo enojada. Tiene brotes histéricos con un punto de esquizofrenia. Todos sus delirios compulsivos-obsesivos se hacen presentes. Te grita sin sentido, se pone a llorar, lo que hace básicamente es intentar crearte una desestabilización emocional HIPERARRECHA para que accedas a sus peticiones. Acá es cuando casi todos los hombres ceden por el simple hecho de acabar con la situacion desesperante en la que se ven enfrascados y no suelen llegar a la fase 5.
Pueden ocurrir cosas como que se vaya dando un portazo. Se quite la ropa de salir. Te haga sentir culpable porque no la quieres sacar. Se vuelva a poner la ropa diciendo -no me voy a quedar acá porque tu quieres, me voy con mis amigas JUM- Seguido de irse, otro portazo y volver con otra excusa y asi indefinidamente.

Esta fase es bastante impredecible y depende mucho de cada mujer. Si tienes un mounstro, preoucapate. Hay un truco acá para no sucumbir ante tu novia y pasar a la fase 5 -el jefe final mas dificil que Sephiroth- Esto se podría considerar un truco como el de los videojuegos. Si no lo sabes hacer bien la mujer seguirá enfadada hasta que se le pase el cabreo contigo. Por ejemplo, si se va de fiesta sola a lo mejor te habla poco durante 1 día o 2. Pero si inutilizas esta fase no habrá tanto rencor.

Para inutilizar esta fase en las mujeres puedes soltar alguna de estas frases sacadas de lo maravillosamente maduro que eres y verás como causan gran efecto:
-Así no vas a conseguir manipularme, se que intentás manipularme-
-Pareces una niña pequeña enfadada porque su padre no le compre un juguete, no me vas a manipular- siempre se trata de hacer ver que sabes lo que trama ASI NO LO SEPAS!
Otra cosa que les revienta bastante es que las ignores completamente. Ahí si que aumentan la dosis de esquizofrenia psicopata. Lo importante para pasar a la fase 5 es no alterarse ni entrar en una discusión. Si alguna vez lograste pasar a la fase 5 es que eres un crack
Fase 5: La redimición
Viendo ya que te la has fumado y que conoces todos sus berrinches psicoticos su fase 4 está acabada. Y totalmente desesperada. Entonces te pide perdón y de corazón te dice que quiere que salgas con ella, que no te lo pidiera con tanto ahinco si no fuese importante para ella. No te intenta hacer sentir culpable, ni finge ojitos para dar pena, en esta fase lo dicen de corazón porque de verdad les hace ilusión y se sinceran contigo.
Ella te da a elegir amablemente. Puedes o no acceder. Lo más normal es que accedas ya que ya la hiciste sufrir bastante. Sino accedés generalmente te sentirás culpable y te habras lavado el orto con toda la dedicacion que le prestaste a las fases anteriores. Si no siempre queda una opcion, TU SE LA VICTIMA! INVENTA ALGO PARA HACERLA QUEDAR COMO LA MALA Y VERAS!
Sean felices!

23 feb 2008

HIGH-LY DEEP

Es un poco frustrante no poder escribir nada sin estar obsesionado con la misma chica y la misma historia con los siete finales alternativos. Alcohol, ya no, abuse de ello. Y el último intento, escribir de mi mismo, fue un rotundo fracaso ¿Quién querría leer acerca de mi si me niego a leer de los demas? A veces quiero ser como esa chica rubia, la de los versos complejos, profundos, en exceso. Pero a veces creo que no me entendería al leer lo escrito. Es que mi mente es demasiado punzante que raya en lo cortante, pero a la vez analítica, científica y filosófica que maté mi propio proceso creativo y desde que gane ese premio no he escrito mas que retazos de cosas burdas, cortas, sin sentido. Tengo que hallar una solución lo mas coherente posible para resolver este estancamiento, y pienso ¿Cómo hará ella? Inventemos una rutina, vamos, ¡somos bueno para eso! Ganamos juntos el premio describiendo la rutina de una chica ficticia, no puede ser tan difícil. Analizando estadísticamente todas las posibilidades realmente pienso que se sienta en una especie estrella de papel, hace una pequeña danza con música tribal, y se mentaliza lo máximo que es su vida y en los mil dilemas y palabras locas que pasan por su mente. Si, lo sé, me estoy matando, pero ¿Han leído el titulo de la entrada? Lo explica todo. En realidad no se si escribe de su vida, de todo el mundo, o de nadie en especifico. Solo se que los textos se ven profundos, tanto que al final no leo nada. A ver que me sale; vueltas, mil a la derecha, izquierda, un ojo azul del mar de los sueños de Morfeo. Las mil cosas que hago y sigo siendo perfecto. Nacuzca, cosas, perritos, ricuzco, magia, ugh, se me calló el diccionario, ya va, un dia, nublado, lluvioso, soleado, valla veo el pronostico del tiempo! palabra, palabra, palabra. ¡Ven! No funciona, no lo hago como ella. ¡DAMMIT! Esto es más preocupante de lo que esperaba. Estoy entrando en pánico. Soy tan no-creativo que ofendo ¡Es la realidad!

Calma, podemos hacer esto, es fácil para mí. Sueno mis dedos y manos a la obra. Me pongo mi ropa de trabajo y hago una cola de caballo que se vea bien en la cámara cuando haga mi danza con la banda sonora de la ocarina del tiempo. Primer paso: Busco un poco de papel lo suficientemente grande para dibujar mi estrella de papel. Repito, debe ser grande, no quiero que este intento sea un fracaso así que toda mi dedicación estará destinada a este último intento por recuperar no se que. De antemano voy pensando en buscar una cámara con baja resolución a propósito e implantarme ojos verdes descorazonados para que acompañen estas letras, pero eso es mas adelante A ver, cartulina. Listo. Pienso en una estrella de cinco puntas pero seguro eso es muy común para ella ¿Saben? Bah, ¿Cinco estrellas? ¿Dónde está lo profundo?, mejor de siete aunque quede rara. Rayos, no tengo nada con que cortar, quizá si tuviese su mente filosa me serviría, pero no. Creo que por ahora un cuchillo estará bien, denme un segundo. Listo, quedo todo menos simétrica. Que importa, no me la paso viendo Utilisima para saber hacer manualidades. Tengo mi estrella, es tan linda. No quedo tan mal después de todo. Ella de seguro la decora con, que se yo, cosas profundas y palabrotas de 11 caracteres o de idiomas raros. Yo, en cambio, le pintaré flores de colores, algo rosa pastel, un dragallo[1] escupe fuego, y un león tal cual los haces de niño, no se puede hacer trampa. Busco los marcadores de la hermana que no tengo y le remarco los bordes para que quede mas decente ¿Y que quieren? Tengo que esforzarme en la estrella que me dará un proceso creativo para poder escribir decentemente de nuevo ¿Lógico no? Y me niego a que digan que es cursi, ¿Qué dibujaban ustedes de niños? ¿Formulas matemáticas y libros de química? Pues yo no. Dibujaba pendejadas como las escribo ahora, con el paso del tiempo quizá fabrique pendejadas, o las consuma, quien sabe. Estoy un paso mas cerca y no puedo evitar mi emoción que usaré para darle carisma a mi baile, déjen que acomode mis cortinas y ponga la cámara como que no quiero que se vea a contraluz para que se vea mi silueta. Ok, listo. Acción!


Paso dos: Ay dios, la música está sonando y caigo en cuenta que nunca he bailado este tipo de música ¿Por qué todo es tan difícil? Solo me queda improvisar dando vueltas como un trompo y haciendo que mi cola de caballo se vea bien en cámara. Dios como odio meter la barriga y sacar el trasero, pero sin estos sacrificios nada valdrá la pena. Como quisiera que pudieran sentir la música, es tan dramática, mi vida es dramática, todo es dramatismo y mis amigas acompaña-drama me acompañan, para variar. Umm, creo que se solapa el paso dos con el paso tres, ¡Esta funcionando! Soy un éxito, todo me sale bien, todo lo que escribo sale de un soplido y no me cuesta nada, y ¿Cómo me va a costar si todo lo que escribo es verídico? ¡Todo me pasa a mí! El mundo pasa sobre mi ¡Es que mis dilemas son tan personales! ¿Quién ha pasado por una indecisión? ¡Díganme! Ahora que lo pienso, el titulo del post es muy vacio, no como las decisiones que tengo que tomar, mil maripositas que pasan por mi mente y las mato sin preguntarle absolutamente nada de cosas y otras cosas que pasan y no pasan, y de que esto, y lo otro, y de que quiero y no quiero, y de cosas y cosos, y de todo y nada. En fin, entienden a que me refiero. Agh ¿Quién demonios quiere reflexionar con las vidas de otros? Pues yo no, y adiós proceso creativo y bienvenidas encuestas de situaciones de la vida diaria.
[1] Es como un dragón gallo genios

16 feb 2008

Escenas

Escena I

>Gastón se detiene en medio del escenario. Una veintena de personas hacen de auditorio. Escuchas distanciados. Sin ninguna relación entre si leen el pequeño tríptico hecho a ultimo minuto por Estela. Siguen palabra por palabra lo que dice el joven. Las miradas recorren el techo embovedado, las columnas forman un primer plano con Gastón que lee simulando entrega, simulando sentimientos que conmueven las paredes del teatro municipal<

-…Líder de multitudes subterráneas. Eres mi infierno, envuelves mi infierno. Miras en el espejo de la vida, de la retrospección a mi pasado. Los malos tiempos, los buenos tiempos, mi vida. Tu vida. Te quiero, pero no puedo tenerte.

> Estela susurra -te quiero, pero no puedo tenerte- con rostro adormecido, ha escuchado ese verso una y otra vez. Cada noche antes de dormir Gastón lo recitaba cual padre nuestro que estas en los cielos<

-Te quiero Gastón, pero ya no te soporto.

Escena II

El tiempo corre. Corre tras de ti, mi vida. Tú te sientas en la grama y lo ves pasar. El tiempo no es la vieja arrugada que pasea a su perro de juguete. No es el mendigo de mirada perdida y pies descalzos. No es el niño que todo el mundo quiere y nunca llora. No es mi madre ni la tuya. Tampoco es mi padre porque el es ajeno al tiempo. No es Sean Penn, aunque pudiera parecerse. Y aunque es predecible, no eres tú.
- ¿Qué piensas?
- Nada

De joven siempre pensé en mi soltería. En mi habitación de cortinas negras y caracteres japoneses, un jarrón con rosas negras, entre sabanas negras. En cambio las cortinas eran pasteles, de un color indefinido aunque no de mucha complejidad, pastel y punto. De sabanas rosas, y de rosas blancas. No como Sean Penn.
- ¿Qué piensas?
- Todo

Nuestra vida es una retahíla de sentimientos; sientes, sientes, sientes. A veces no sentimos. A veces el espejo nos miente y envejecemos. A veces nuestro idilio es utópico y transitorio. Lejanos tus pensamientos, esa vida que se escapa lentamente. Destila entre mis dedos. Mi sudor es tu sangre.

Escena III

Gastón miró el espejo como todas las mañanas.
- ¿Qué haces?
- Nada
- Entonces, ¿Por qué tardas tanto?
- Porque puedo. El tiempo ya no importa.

El tiempo ya no importa, si. Y yo ya no te soporto Gastón. Odio escuchar tu melancolía poética todas las mañanas. Que el tiempo importa, que no importa, que el espejo no refleja, que si refleja. ¡No me importa un coño Gastón! Termina de cagar y sal del baño que necesito ir a trabajar.
-¿Qué haces?
-Todo
-Entonces si ya terminaste de cagar sal del baño.

>Gastón salió del baño dando un portazo y le lanzó una mirada asesina a Estela. Ella en cambio se subió las pantaletas y caminó al baño campante dibujando media sonrisa en su rostro<

-¡Maricon! Mira como dejaste el baño todo cagado. Hijo de puta…
-No te metas con mi madre
-¿Si? pues tu puta madre no tiene que limpiar el desorden del nene.
-¡Cállate! Ya no te soporto

Hijo de puta, ¿no me soporta? Ahora es el quien no me soporta después de que ha pasado dos años en mi departamento, sin trabajar, y leyendo el mismo maldito verso todas los domingos en la tarde. Hijo de puta que no se puede ni limpiar el culo solo.

Escena IV

-Líder de multitudes subterráneas. Eres mi infierno, envuelves mi infierno. Miras en el espejo de la vida, de la retrospección a mi pasado. Los malos tiempos, los buenos tiempos, mi vida. Tu vida. Te quiero, pero no puedo tenerte.
-Ya puedes dejar de leer la misma mierda todas las noches. No soy culpable de que tu proceso creativo se halla estancado.
-¿Qué coño quieres de mi? ¿No es suficiente con que te tire todas las madrugadas cuando te da la calentura esa? Por cierto, tu astrólogo se equivocó porque Venus ya no está retrogrado con Marte y todavía tienes esas ganas de tirar de loca.
-Solo faltaba eso. Ahora te quejas por tirar conmigo.

>Estela aparto el edredón pastel y se quitó la poca ropa que tenia<
-¿Qué? ¿Ya no te provoca?
-Hija de puta

>Gastón se abalanzó salvajemente sobre Estela. Le besó el cuello, mordió sus senos, clavo sus uñas en la espalda de Estela cual animal rabioso y hambriento pudiese imaginarse<

Escena V

Siempre serás mi Beatle favorito John. Un día desperté y tenía cuarenta. Tenía una hija. No me sentía solitario. Estaba divorciado y no me importaba saber de quien. Tenía cuarenta, vivía alquilado y nada me importaba. Mi hija pasaba los fines de semana conmigo, el resto con su madre que ya te he dicho que no me importa quien es, Dios. Un día desperté y estaba a punto de morir. ¿Nunca has sentido ganas de matar? ¿Nunca has sentido ganas de morir? ¿Nunca has sentido que ya estas muerto?

Escena VI

Siempre trato se soñar que soy libre. Que tu rostro no es tu rostro, que mi vida no es mi vida. Que Sean Penn existe, o no. Trato de ver lo que no está ahí. ¿Cuál es la respuesta al 99% de las preguntas? No es el dinero. Es la avaricia. Siempre trato se pensar que soy libre. De cambiar tu rostro. Una Isabela, Cecilia, Soraya, que importa. El poder de las palabras reside en su simplicidad. Marte es un planeta, no una estrella, ¿Qué las mujeres son de Venus y los hombres de Marte? Que me importa Estela. Carajo, no soy de Marte, soy de Ohio donde no existe Sean Penn, o simplemente no conocen al maldito. Mentira, no soy de Ohio. Tampoco creo que Sean Penn sea de Marte, pero quizá Jay Leno si lo sea. Tu no Conan, tu guardas un poco de cordura, ¿Recuerdas a Benny el perro?

12 feb 2008

Poses no comunes para tu display (I)

¿Cansado de esas poses estandar para colocar en tus perfiles? ¿Quieres ser diferente, irreverente, unico? Pues esta seccion es la perfecta para ti y tus ansias de de satisfacer tu creencia de lo super que eres, claro, todo tiene su pequeño precio. Pero, ¿Quien podrá decir que tiene un display mejor que tuyo? PUES NADIE, OSTIA! (Y una buena ostia te vas a dar por hacer fotos tan rebuscadas como esta)
En esta primera entrega presentamos una posicion bastante sencilla de realizar. Primero, consigue una escalera con los peldaños con el suficiente angulo para que te duelan las costillas al realizar la pose en cuestion. Encaramate como puedas por la baranda y colocate boca abajo con la mayor naturalidad posible, no demuestres ni una pizca de incomodidad porque se pierde la esencia de la foto. Agarrate de donde puedas y aprieta todo lo que tengas por cinco segundos que valen la tu cybervida. Por ultimo, mete la cabeza por la baranda y ve a la camara con deseo como si fuese lo mas natural del mundo, y no le pares a tu mama que te dice que se te va a la sangre a la cabeza. Y listo! Ahi la tienes! Ya eres la sensacion entre todos tus amigos Tinaquillenses (seh, que raro no?) Mas facil imposible.

10 feb 2008

Hot pics: Amy Winehouse











Belice

Preguntarle a un escritor latino cuanto pesa la vida, o la muerte, no importa. Boliviano quizás, ¿Por qué siempre pensamos en Bolivia cuando hablamos de decadencia? Porque no tiene mar ¿Por qué nadie sabe nada de Belice? Gasto la mitad de mi vida en el tráfico sin poder escribir cualquier cosa que me agrade o te agrade, porque el cielo es azul, si que lo es con alguna carencia de expresiones americanas útiles en este momento, en todo momento. Vete a casa. Vete a casa y no salgas hasta que hayas hecho todo lo que no tienes pendiente.

¿Qué piensas? El Tú está de más. De espaldas a mi haces la que me ignora, yo hago el que te ignoro. Me da risa de solo pensarlo. Dos personas en el desierto que no piensen una vez en hacer el amor es algo que no se ve a menudo. Nerviosa ante la respiración en tu cuello, cada vez mas cerca. Sin un solo beso, una sola palabra, algún contacto que los haga despertar de ese letargo, del calor infernal, la arena, la ausencia de esperanza. Utilizando tus anteojos como instrumento refractor en vano, no soy de los que da pistas. Solo pido una mirada, solos tu y yo, no hay nadie mas, mira a tu alrededor, soy posiblemente el ultimo hombre que verás, no llores, tampoco quiero que llores. Dame material para poder trabajar, una sonrisa, una mirada, un roce, un cruce de piernas, no importa lo que sea. Quiero abrazarte, decirte que todo saldrá bien, que sobreviviremos después de todo y tomaras tu avión hacia tu esposo que te llenará de rosas mientras tus hijos hacen dibujos y escriben lo mucho que te extrañaron. Me pides que detenga el auto en medio de la nada, no me digas que lo quieres hacer de nuevo a orillas de la carretera. Mira el desierto, no entiendo porque te gusta tanto, no hay nada. Ni siquiera hemos avanzado cuando ya te arrepientes de dejar todo atrás, o tratar de hacerlo. Piensas en tu madre, en tus amigos, en Nick Nolte, en algo deforme que vimos unos kilómetros más atrás, algo que se movía y no tenia forma humana. Dices que no es un sueño, solo una pequeña quimera que nos devorara en el camino, la lujuria que nos atrajo a este desierto sin saber como. Algo en el camino se mueve, en la oscuridad siento que tu mano se aproxima hacía la mia, no te preocupes no es nada. No es que no pueda, no puedo evitar sentir nervios, huir contigo, volver, huir, nunca volver culpable por traicionar un sentimiento puro, solo por un poco de sexo a orilla de carretera.

Se revela cuando me siento tan inseguro. Cuando era joven y te veía no podía ocultarlo, he mejorado un poco desde entonces aunque aun no puedo evitar sonreírme cuando me hablas de esta forma ¿Y quien si? Ayer cuando la juventud era algo palpable, cuando un año más era un años mas, cuando los problemas eran algo ajeno. Me da risa de solo pensarlo, nuevamente. Estar solos en el desierto y ni siquiera hacer el amor una vez. No es un sueño, no. Es algo más. Algo revelador, o quizá no tanto. Algo que me dice que todo está bien, que puedo seguir adelante sin preocuparme por ti, por mí, o por alguien cercano. ¿Por qué el cielo es azul? Y si que lo es ¿Por qué tratas de ignorarme? No quiero mas de lo que cualquier otro te podría pedir, solo soy uno más, uno más.

Dime lo que piensas. Estoy tras tus pasos. No puedes seguir en tu plan de ignorarme. Siente mi respiración, no se ha agitado en lo más mínimo a diferencia de la tuya. Ahora grita, deja ver tu desesperación. Vamos hijos, su madre nos espera, ya saben lo que tienen que decir. A orilla de la carretera no es un lugar muy intimo para hacer el amor, el desierto si lo es pero tu te niegas, a cambio solo déjame abrazarte es lo único que pido antes de morir. Su madre va a estar muy feliz de verlos, entren al auto y no se ensucien. Quise dejar todo atrás pero no pude, mis pesadillas, recuerdos, mis hijos, mi esposo, no podía abandonar todo por un poco de sexo a orillas de la carretera, no tengo veinte años, tengo casi cuarenta. Hijos los extrañe, mami ya volvió, ya no tendrán que comer la horrible comida de papá.

Imagina que escuchas una melodía, cualquiera. Alguna de tu infancia, preadolescencia o tu favorita cuando tienes sexo. Imagina que la escuchas en este momento y dime que piensas. Imagina que escuchas la voz de tu padre diciendo lo orgulloso que se siente. Imagina que no escuchas el día de tu muerte cuando finalmente te sea revelado. Imagina que estas en el lugar que más quieres, imagina que es el día mas feliz de tu vida, imagina que es el día mas triste de tu vida.

Una pequeña niña vestida de rosa, de rosa sus pequeños zapatos de charol. Saluda y se feliz, sonríe a la cámara. Quedarse en casa los domingos, un buen perro, un lugar solitario para estar con los amigos, vecinos amables, un auto fiel. En mi desierto personal trato de olvidar lo que alguna vez fueron deseos, lo que alguna vez me impulso a luchar. Lees un cuento a tus hijos sin parecer recordarme, todos los días despides a tu esposo con un beso y pasas media mañana tratando de hallar un oficio que no te recuerde lo que pudiste hacer. Que te evite pensar en las decisiones de tu juventud. Tratas de evitarme llegando un poco tarde, no puedes escapar. Luces nerviosa, preocupada quien sabe porque. Me fijo en tu indumentaria rosa y recuerdos olvidados parecen renacer. Recuerdo tus zapatos, rosas nada más ¿Qué decías? ¿Lo recuerdas? Despiertas no solo sentimientos irracionales en mí, tampoco es que no ayudas con tu mirada desinteresada hacia todo. Siempre estas sola, sentada sola. Estimulando mi interés hacia ti. Conciente de que te observo. Solo tu sabes tanto de mi sin siquiera conocerme. Sabes muy bien lo que despiertas en mí, no son sentimientos que se puedan confesar en una entrevista de trabajo. Porque a veces saludas y siempre imagino que lo haces. Tu tono de voz es tan esquivo que pagaría por escucharlo. Quien sabe que ocultas, o si solo son ideas mías, seguramente. Déjame observarte en silencio , déjame olvidarte en silencio mientras me hablas con gestos que puedo malinterpretar fácilmente y es que a veces, solo a veces, creo que despierto el mismo sentimiento en ti, o al final de todo solo confundo las señales como de costumbre. Solo quédate en silencio y háblame con gestos, con tu sonrisa a medio hacer.

Esa media sonrisa me mata, literalmente, no puedo evitar también medio sonreírme y bajar la mirada hasta la próxima vez que nos encontremos y te pida la hora, un lápiz, tu teléfono y de nuevo te medio sonrías y no me des nada. Recuerda que nada de esto sucedió, recuerda que nunca salimos del estacionamiento esa tarde, recuerda que di mi vida por ti cuando te dejé ir. Recuerda que Belice es un país de Centroamérica cuyo desierto pudo ser nuestro cómplice.

Black Suit

Recuerdo la primera vez que vi tu espalda desnuda. En ese sofá de cuero marrón de aquel hotel en la playa, me dijiste –no seas necio, es que tengo calor y no hay aire acondicionado- además de que te cubrías de más y no podía ver nada en absoluto, solo esa espalda acanalada que me trae escalofríos. En aquel momento moría por saltarte encima, tomarte por el cuello y preguntarte a gritos -¿Qué es lo que quieres de mi? ¡Soy hombre por Dios santo!- En fin, no sabía nuestra situación, no sabia si solo éramos amigos que se besaban ocasionalmente, compañeros de trabajo abusando de la tarjeta de crédito de la compañía, amantes, marido y mujer, no lo sabia. Solo sé que te encanta provocarme. Te quitabas la parte de arriba del bikini cuando te daba la gana como si estuviésemos en Europa o algo así, en Ibiza -Andrés, mi sueño es ir a Ibiza- yo cegado de los celos te decía – coño los tipos te están viendo mucho- tu contestabas ofendida –bueno que vean y sientan envidia de ti- y me recostabas las tetas, entre otras cosas. Pero -¿cómo sentir envidia si solo veo igual que ellos?- tu en mi cabeza respondías –haz visto mucho mas que muchos otros, no te quejes querido amigo- y hacías énfasis en Amigo.

Nunca te he tocado más allá de un abrazo cordial en la oficina y un beso en el cachete frente a Oliver, el vicepresidente de la compañía, tu marido. Quizá me seducías y yo de imbecil nunca lo noté como siempre, o solo estabas aburrida y disfrutabas al ver mi cara de idiota cuando trataba de ver un poco más allá, descubriendo tus 1.69 metros de pies a cabeza, tus 3/4 en Levis, tu 6 y medio en tacones y 6 en tenis, tus 32c completamente naturales, tus lentes para leer, tu posición fetal para dormir bastante extraña, por cierto, con una almohada entre tus piernas mientras yo te observaba como si nada, no hacías ni un solo movimiento y a la mañana siguiente la almohada amanecía al otro lado de la habitación, en el suelo. Tu traje negro ejecutivo que usabas para todas las reuniones de trabajo, sensual siempre conseguías lo que querías, una licitación, un proyecto, una extensión del mismo, sabias lo que necesitabas y como obtenerlo. Siento que con cada vez que lo usabas la falda se reducía un poco mas tentando a los viejos verdes de la empresa que no pasaban una oportunidad para invitarte un café o quien sabe que, a lo que tu solo respondías con esa mirada de nunca en la vida jefe. Recuerdo que después de los viajes siempre me jodian en la oficina -¡Pajuo! ¿cómo no le hiciste nada a esa mami?- yo simplemente no contestaba, no hacia nada porque te quería, y no quería caer en el mismo juego de todos los idiotas de la oficina –quiero ser tu amigo, que confíes en mí y… no, no. Eso es muy endemodianamente cursi- me decía a mi mismo frente al espejo. Nunca podré olvidar tus ronquidos, cuando me invitabas a compartir cama contigo y yo me negaba, como te encantaba el helado de ron con pasa y yo lo comía solo por acompañarte –anda, como un poco, esta divino- lo odiaba, pero no podía negarme ante ti. Nunca olvidare el desorden de tu cabello cuando te despertabas en la mañana, nunca olvidare cuando me besaste aquella vez que fuimos a Ibiza por negocios. Estabas tan emocionada que apenas te bajaste del avión me diste un beso de esos de una sola vez en la vida. Esa noche también me hiciste el amor, borrachos uno mas que el otro no pude negarme esta vez- anda, solo una vez, vives negándote ante mi, ¿Qué puedes perder?- dijiste mientras metías tu mano debajo de mi pantalón, ¿cómo negarme? Al día siguiente me sentía triunfante, no pude evitar imaginarme un Yo triunfante entrando a la oficina – ¡Me tiré a la mami!- entres fanfarrias de tambor y pleitesías de mis compañeros de trabajo, pero no, nada de eso debía salir de ahí. Ella se iba a casar en menos de un mes, no podía arruinarle la vida –vamos, tenemos una reunión- dijo como si nada, como si lo de la noche anterior nunca hubiese pasado. Me sentí destruido, pero no di la más mínima muestra de dolor, no debías percibir nostalgia en mí.

El menos de un mes había pasado y yo estoy aquí, sentado en esta iglesia que tanto odio con otras trescientas personas de la oficina, escribiendo mientras el vicepresidente de la empresa espera tu llegada. Con este calor infernal doy mi vida a que te conozco más que ese sujeto de cara arrugada y nariz aplastada con quien te piensas casar, pero ¿qué puedo hacer yo? No puedo hacer nada. Ya todo está escrito. Apenas siento tu presencia en la puerta de la iglesia escucho de no se donde la melodía de la canción mas triste de mi vida, en mi mente los trescientos invitados me dicen lo imbecil que soy por dejarte ir. No puedo hacer nada pare evitar lo que viene a continuación. Tú aceptas más bella que nunca, hubiese dado todo en la vida por que fuesen mis labios y no los de Oliver los que te besan en tu boda. Pero no, ya todo esta hecho. A Ibiza en tu luna de miel, la Ibiza que me mostró como en una noche tu y yo pudimos ser felices. Aquella noche que me preguntaste que podía perder-pues lo perdí todo, perdí mis ilusiones, perdí la razón, te perdí a ti.

Nozzman...