28 mar 2008

Sonríe como me gusta


Son de esas cosas que nunca se olvidan.

La luz se entibió en el vagón. Las miradas de desprecio acecharon. Fui hacia atrás en mi memoria. No se porque.

Los sujetos anónimos recorrían el pasillo sin fin. Iban y venían. Desorientados. Aquí y allá sin saber que hacer. Les indique el camino, el abismo tras el pasado. Algunos se resignaron, otros persistían en seguir vigentes en mis recuerdos.

Rostros alegres saludaban. Desenfadados. Sin ningún tipo de preocupación. Sonreían hipócritamente y se plasmaban en mi mente resistentes a morir. Ahí estáticos, sin otro papel que hacer florecer mi sentimiento de soledad. Entre ellos aquella niña de nueve años que me acompañaba cada fin de semana, tomaba de mi mano y me daba seguridad ante los otros niños un poco más despiadados, ella no saludó hipócritamente, cuestionó mi decisión. Y ahora me cuestiono a mi mismo -¿Vale la pena?- No vale la pena, ni siquiera recuerdo su rostro ¿su nombre? –Adriana y soy Aries- me susurras. Empiezo a recordar, y sigo sin saber porque. Marte era nuestro planeta. Juntos viviríamos en Marte alejados de los otros niños que querían llamar tu atención. Aun siento el calor de tu mano junto la mía, tu amabilidad y tenacidad al hacerme levantarme una y otra vez ante el desprecio de los otros. Pero al igual que todo un día te marchaste, sin aviso ya no tenia tu seguridad. Quede a merced y pronto yo marché también a otro lugar donde fui tratado de la misma forma escudado tras una timidez perpetua, arrastrando mi pasado, siendo subestimado.

El primer beso escondido tras un velo de inseguridad y un deseo empalagoso de seguir atado a tu lengua, el primer amor y los esfuerzos sobrehumanos realizados por captar tu atención, el primer baile de quince años en el que lucí totalmente ridículo por querer demostrar a tus padres algo que no soy, la primera cerveza y el primer cigarro que te ofrecí fueron fantasías inconclusas que desaparecieron. Todo se esfumó este día. Todo pasó a ser trivial, algo que no vale la pena recordar. Algo que todos olvidan y dan por sentado. Solo frases que trataban de consolar a los que aun tenían la esperanza de vivirlo una vez. Solo palabras vacías. Solo uno que otro que guarda el secreto y lucha por lo que algún día pasó. Valientes los que no olvidan, yo me he dado por vencido

En la oscuridad y desvelo revelo mis pretensiones. Olvidar, solo eso. No sentir deseo de ver a ninguna de esas personas que saludan y esbozan las mismas sonrisas hipócritas que ya he mencionado. Tener el juicio necesario para seguir adelante y pode dormir. Dormir en paz, sin sueños rememorativos, sin recuerdos punzantes cada vez que cierro los ojos.

Pero no eres tan fácil, luchas. Luchas más de lo que hubiese esperado. Pierdo el control de mis emociones y decisiones y pasas a ser tu la que domina haciendo que piense mas en ti hasta desvariar con el deseo de encontrarte una vez mas

Son de esas cosas que nunca se olvidan, tu sonrisa. Trato, en vano. Me persigue y gatilla su poder contra mi. Lucho sin tener oportunidad de victoria como la mayoría de las veces, tú por tu lado descansas en tu trinchera marciana pretendiendo dirigir una guerra ya ganada. Sin preocupaciones ajenas al hecho de hacerme trizas cada vez que fijas tú mirada oculta en mí. Disfrutas todo el escenario. Yo en cambio he gastado mi ultima arma, sabía el desenlace desde un principio al igual que tu.

6 mar 2008

The Rolling Stone


Mientras ella desempaca, yo, un ser anónimo en la que no vale la pena profundizar, me concentro en admirar cada detalle de ese cuerpo tan esbelto, torneado, duro, dios - en minúscula-acoto, tu te erizas y dices -¡blasfemo coño e' tu madre! cuando te mueras te será revelada la verdad de las santas escrituras- yo mientras me medio sonrío y digo- católicos, me limpio el culo con sus santas escrituras- pausa, que falta de educación, permítanme presentarme, soy un hombre que puede llegar a ser realmente imbecil en mis deseos de presumir mi falsa perspicacia y quizá por eso algún día no muy lejano me den una bofetada con las santas escrituras cuando este en el infierno ardiendo ya sin remedio. A veces me tildan de hipócrita, a veces no, a veces creen que soy una buena persona, a veces no, a veces con solo verme argumentan desconfianza. Ella es una mujer. Sin querer me lanza miradas desaprobatorias para que ayude en la aburrida tarea de sacar los trastos de las maletas; que coño yo no hago eso, ¿para que tantas mierdas? bronceador, cremitas, shampocitos, talquitos, perolitos, prefiero rascarme las bolas y ver como lo haces tú. Te quiero amor pero no puedes obligarme a hacerlo asi me salgas con tu discursito de lo que hace y no hace un marido ideal y yo te diga: ¿ah si? pero para quitarme el trabajo no dijiste un coño -¿cierto?- y entonces tu digas –yo no te quite nada, solo que soy mejor que tu profesionalmente- y así hasta que nos arrechemos demasiado y tengamos que pedir habitaciones separadas como en el viaje a Islas Vírgenes. Paréntesis creativo: lo único que me levantaría el ánimo sería hacer el amor en la playa sin preocupaciones, con el mar azul profundo, nadar hasta donde no seamos vistos y…. que carajo no puedo, ¿no odian leer esas groserías socialmente aceptadas que se pueden decir en televisión o leer en uno de esos tabloides oficialistas? ¡Ese, maldita sea, no soy yo! simplemente tirar en cualquier lugar, ¿hay alguna diferencia? ¿o es que sueno demasiado a escritor frustrado? Quizá si lo sea maldita sea y ahora solo me queda ver lo que escribo desde afuera -¿desde afuera de donde coño e' madre?- y simplemente reír. Reír de mi mediocridad al no alcanzar nada como ha sido regla desde adolescente-¡CALLATE!- reír de mi intento por parecer despreocupado al no vender ni cien libros, ¿cuál es la diferencia? ¡contéstame Iñarritu! ¿por qué hacer esto? ¿un intento desesperado para hacer que mis ventas suban? o simplemente que solo puedo escribir mierdas para ser leídas por mi mismo y uno que otro idiota que se llena, literalmente, y mal interpreta lo que digo, o peor, trata de sobre interpretar mis líneas que no tienen ningún sentido metafísico y mucho menos de auto ayuda. Sigo en mi paretensis: nadar hasta donde el mar es más azul y dejar que la lujuria haga el resto. Luego emborracharnos hasta más no poder y hacer un escándalo en todo el hotel y… ¿qué mas? ¿ver una película norteamericana protagonizada por Adam Sandler? ¿cuántas veces citaran a Adam Sandler en este contexto? ¿cuántas veces habrán citado y sobre citado Adam Sandler? Me río en silencio. ¿Por qué coño eres tan ordenada? Pones cada bendito perolito por orden de tamaño, lo blanco con lo blanco, lo negro con lo negro, todo doblado como si nunca fuese a desdoblarse, la cama sin un pliegue y el jabón sin un pelo, si, adivinaron, no soy lampiño guiño. Hacerte tal proposición te haría poner aun de peor humor, lo se. Es que imagino tu mirada y me desilusiono de una vez. ¿Qué sexo ni que nada? Van a ver que vamos a pasar estos cinco días durmiendo, fumando y tirándonos peos. Coño, se da cuenta de mi risa interna y niega con la cabeza como lo solía hacer mi mamá cuando me caía de la borrachera, pero coño, no estoy borracho, bueno solo un poco por esas botellitas maricas que dan en los aviones. Aunque no hice muchos desastres de joven siempre me hicieron sentir como un hijo de puta, coño un chamo tiene que hacer y deshacer. No pueden esperar que sea ejemplar y malditamente católico desde que tenía cinco años. No, no fui malditamente católico desde lo 16 y eso le reventaba las bolas a ella que se quería casar de vestido blanco con los anillos en la almohadita y lanzar el ramo hacia el lado de la prima solterona para darle un poco de esperanza. Al principio era bueno y le decía que si. Ahora que coño, que importa ya estamos viejos, una boda cuando la mujer pasa de treinta ya no es tan glamorosa. Solo quiero dormir estos cinco días sin pensar en mis deudas y en la vieja puta que toca el órgano en el trasfondo de mi vida.

Esa profesora de ingles si está güena necesita a alguien que se lo emburre como es paque aprenda esa es que no me ha visto a mi elmiki- el grupo esta dividido bajo ciertos parámetros; el líder muestra su guante y reparte golpes en la cabeza a sus subordinados, las chicas rodeando al macho alfa que utiliza jeans y franelilla, el bufón que es atacado por todos y parece disfrutarlo, los lacayos que asienten ante las anécdotas del sujeto enguantado parcialmente ¿No odian estos sobre análisis típicos de estudiante de sociología recién graduado? los odio, ¿qué se creen para exigir un idioma o años de experiencia cuando ni siquiera ustedes lo tienen desgraciados? Me invade algo que defino como –nostalgia- entre susurros solo para despegar mis labios resecos después de cinco días de sol y nada de sexo. Nostalgia de esos tiempos en los que podía simplemente escribir y no tratar de ser un poeta bajo un cielo artificial que recicla las palabras una y otra vez. Que poeta carajo, sigo tratando de vender un falso yo, lo siento, tengo muchas deudas que pagar. Me afeito y firmo autógrafos a mis fieles imbeciles seguidores que siempre asisten a las librerías e interceptan preguntando cualquier idiotez del que no recuerdo haber escrito a lo cual contesto con algo infinitamente mas rebuscado lo que parece llenarlos de felicidad, en tanto menos comprendan lo que digo mejor para ellos. Siempre es el mismo gordo religiosamente mal peinado, la misma solterona cuarentona que ha intentado llevarme a la cama para confesarme su mas íntimos pensamientos, el ejecutivo bizarro que tiene todo el dinero del mundo pero que no consigue lo que realmente busca, y la estudiante con lentes de pasta que hace su tesis de la mediocridad de la nueva generación de escritores latinoamericanos. Nostalgia de cuando me hacia pasar por investigador y me convencía íntegramente de que tu eras asi y punto. Nostalgia de cuando en cada párrafo escribía al menos una palabra que terminara en mente, asi como te describía en mis manuscritos de piel bronceada y pegajosa mientras la mia es amarga y niquelada. Nostalgia de cuando podía ser casual y pasar desapercibido ante ti, ahora tu mirada me acecha y no se que hacer ante ella, ¿soy tan evidente? solo no consigo un poco de paz. Paz que no quiero tener por mas de cinco minutos, esencia humana quizá o presumir de un poco de locura sin mas que decir que ya la expresión lugar común no es exclusiva para los estudiantes de ciencias sociales o esos supuestos expertos en la materia que salen en los programas mañaneros. Y la profesora de ingles que no tiene mas opción que dar clases en un liceo publico y aun no se da cuenta que tiene que renunciar a las faldas cortas y los escotes, me coquetea –me encantan tus libros, los leo antes de dormir y veo lo sola que estoy en mi departamento de soltera con cortinas negras, me encanta esa línea- si, te encanta porque eres una idiota, pienso – me gustaría tanto que me acompañaras, y me dijeras al oído todas las líneas que despiertan placer en mi- me medio sonrío y tuerzo la boca haciendo como que mi mujer me mata a puñaladas, luego me desmiembra y entierra cada pedazo de mi en sitios estratégicos de la ciudad si se entera. Lo siento, me muero por verte las tetas y llevarme la sorpresa de que eres un transformista muy bien hecho, que por eso te gustan mis libros, pero no puedo. Llegar al dilema de salir huyendo como un heterosexual cobarde, matarte a golpes como un machista depravado o simplemente decir que coño y hacer de tripas corazón es una situación en la que siempre he querido estar pero tu eres mujer yo lo se, asi que mejor vete a tu casa, calienta la comida que tu mama te dejo en el refri y lleva a cabo tu cena-masturbación viendo la novela de las nueve, y pensando en mi, perra.



Desde que tuve que vender el carro para aliviar un poco mis cuentas he tratado de analizar a esta subgente que siempre parece estar malhumorada. Cada vez que tomo el autobús nadie me reconoce, nadie susurra ese es el escritor que no ha vendido mas de cien libros. Recuerdo cuando mis amigos todos los fin de semana leían lo que escribía y trataban de analizarlo, lo que carecía de sentido porque estaba completamente borracho cada vez que lo hacia. Ahora todos tienen algo útil que hacer en la vida, dinero, carros, viajes, putas, putos, y yo siento que no he avanzado nada desde aquel momento, suertudos hijos de perra ahora ni siquiera tengo carro para visitarlos y pedirles que me den dinero, tengo que aguantar el calor y la invasión de mi espacio, lo que conlleva a interactuar con gente sudorosa, a ceder el puesto a viejas quejonas que se montan con la única intención de joderme la vida, o los viejos peludos de bombacha que ni siquiera pueden mantenerse en pie, la típica embarazada con la barriga de tres metros, o la ejecutiva bien vestida que esta mas o menos en la misma situación que yo, desesperada y harta de pasar la mitad de la vida en el trafico. Estoy recién afeitado, que mas da que te pueda ver las tetas- este trafico está horrible- me analizas, no te ves tan antipática, es mas me sonríes de una forma demasiado condescendiente, seguro por mi saco Armani que es lo único que me queda de lo que alguna vez llame fortuna –después de cierto tiempo se vuelve costumbre- contestas, dios como te quiero ver las tetas –déjame adivinar, recién graduada y aun no ahorras lo suficiente para comprar el carro que quieres –no exactamente, soy estudiante de sociología y estoy haciendo mi tesis del comportamiento agresivo de la gente producto del transporte publico –no me digas– valla, es un tema que nunca me hubiese pasado por la mente –idiota, como odio a los estudiantes de sociología, infelices que se creen superiores, desgraciados come mierda, ya no quiero ver tus tetas perra. No trates de buscarme conversación, mi saco Armani y yo no estamos disponibles. Quiero dormir, solo quiero llegar a casa para que mi mujer me forme el mismo peo de las nueve por las cuentas sin pagar y poder dormir tranquilamente con o sin el órgano y su melodía al fondo del escenario. Con o sin ganas de querer ser mejor desde este punto, de hacer un cambio en mi vida y aparecer deprimido e infeliz en la foto del antes y sonriente totalmente esperanzado en la foto del después. Ya no quiero esto, no.

Mujer que toda la vida ha trabajado, descansa. Descansa por mí y no dejes que las viejas avaras hagan domingo contigo. De manos gruesas y talladas por todos los días que te levantas a las 5 de la mañana. Por tu hija que solo ve novelas de una a cuatro y te pregunta de vez en cuando en que te puede ayudar. Tu piensas que no, que tu hija no debe pasar por el mismo trabajo que tu y la dejas entallarse en esos jeanes tan provocativos y esos escotes delirantes excusándote bajo el argumento de que ella tiene que disfrutar lo que tu no, que ella es buena, que estudia. Desaparece con el sol, un poco de dinero y le das esa libertad que tú no tuviste nunca. Tus intenciones son buenas mujer, yo se que son buenas. No cuestiono tu fe, te dejo rezar como todas las noches, una vela a un santo de esos raros al que le encomiendas los pasos de tu hija- que no le pase nada malo a mi hijita, cuídamela Diosito, ella es una buena muchacha yo lo se- Luego de vender el carro tuve que despedir a la señora de servicio, no podía pagarle más asi que no pude tirarme a la hija mas, lastima. Ahora yo mismo tenia que fregar los platos cada noche para no escuchar la misma cantaleta, coño aunque sea podrías hacer una cena decente y no los mismos huevos fritos para desayuno, almuerzo y cena, o el mismo pan blanco insípido que no provoca ni comer. Igual no haces nada, solo culparme a mi de esta maldita decadencia en la que vivimos, ya tampoco quiero verte las tetas, bueno si, pero no ahora, estoy muy arrecho. En serio. No trates de hablarme, no estoy de ánimos. La editorial no quiere saber nada de mí, mis padres nunca quisieron nada de mí, no tengo currículo, no hablo ingles, no tengo carro, no tengo tarjeta de crédito, no tengo pasaporte, y soy medianamente bisexual que es lo que faltaba. No, no quiero hacer el amor para que apenas terminemos vuelvas con el mismo discurso de tu y tu profesionalismo que no te sirve de nada porque estas igual de desempleada que yo. Lo se, ¿por qué me odia tanto? Simple. Gaste todos los malditos ahorros tratando de financiar mi libro, luego la despidieron a ella, luego a mí, y no he vendido ni cien libros por culpa de ese idiota de Paolo Cohelo que acostumbro a todo el mundo a leer mierdas de autoayuda y supuesto crecimiento espiritual pero nadie quiere leer mi maldita realidad. La realidad de todos en algún momento de la vida, nadie es malditamente feliz siempre. Al igual que ella mi voluntad también murío, sabía que ya no me amaba. Era cuestión de tiempo para que encontrara a un tipo en un carro mientras ella hacia las maletas desesperadamente antes que yo llegara y le dijera –vete, no me importa- y ella dijera –nunca te importo- y que coño si nunca me importo, siempre quise vivir solo. Al final de todo todo me abandonará. Ya no tengo más opción que seguir cayendo. Caer en el mismo abismo del que nunca pude salir.

Vamos, no soy uno de esos viejos verdes que te dan asco, bueno no tan verde. Si, se fue. Ella se fue. Ahora tenía que matar mis ganas en un lugar de mala muerte terminando de gastar mis ahorros con esa niña que habia leído mi libro trescientas veces y me contaba todas las noches la historia de su vida. Ya me la se de memoria perra. Eras una puta y le contabas al mundo lo puta que eras, que te acostaste con tu novio, con el amigo de tu novio, con el amigo de tu amigo, que me importa. Hasta que tu suerte se acabo y la regla dejo de venir, cómico desde cierto punto de vista. De novela lo ocultaste hasta que la barriga no dio mas y confesaste a tu papa que no era nada comprensivo, muchos menos tus hermanos después de haberte acostado con todos sus amigos. Te fuiste sin nada, a casa de un viejo borracho que te conseguiste en el camino. Tuviste sexo con él cada noche en una especie de pago de alquiler macabro, sintiendo su olor aberrante, sus manos asquerosas que recorrían tu cuerpo aun de niña una y otra vez. Un día no aguantaste más y huiste, sin nada de nuevo y con la tristeza a orilla de carretera. Pagaste un hotel por una noche y te lanzaste de las escaleras del primer piso abortando la criatura. Luego viniste a parar aquí, a este lugar industrial y oxidado. A este lugar camuflada conmigo que finjo escuchar cada pasaje de tu desgracia pero igual me cobras al final de la noche asi que no vale de nada, perra adolescente. Estoy muerto ya desde hace tiempo pequeña niña, tu desgracia no me inmuta. Nada me hace reaccionar desde hace mucho tiempo, ni siquiera tus cicatrices o la vieja drogadicta que está un piso mas abajo y toca el órgano en el trasfondo de mi vida. Te dejo entre sabanas, ya no aguanto más este vacío. Salgo del sitio y veo una pequeña silueta entre la basura, le hago señas. La silueta baja la cabeza, luego se asoma y se aproxima. Le doy un billete de veinte, le digo- toma esto llévate lo que consigas en mis bolsillos, no quiero escuchar mas esta melodía-


Rosas


Las dos rosas

De levantarme a las tres de la mañana es una rutina que no repito muy a menudo, a menos

Lluvia o no pienso. Pido al señor de dos rosas en la cabeza que me explique lo que es un beso tuyo. Uno apasionado, sin prejuicios y pocas inhibiciones. El señor de dos rosas se acerca hasta que su olor característico a cannabis despierta mi olfato. No habla. Su mirada basta. Entiendo que es imposible de explicar. Basta con sentir. Las rosas son rojas, reposan en su cabeza. Su olor enrarecido, de anteayer, lo define. Su olor y las dos rosas me permiten reconocerlo. Me dice con la mirada que un beso es imposible de describir, y mas si es uno tuyo. No dice nada, con su mirada basta. Sus ojos dicen- hijo, es imposible de describir. Siéntelo- luego se aleja. Las dos rosas rojas se alejan. El señor se aleja y su olor lo sigue. Se va sin rumbo. Camina sin pensar en las rosas marchitas o su inmortalidad que depende, en gran parte, de mi memoria a corto plazo. El viejo camina por la orilla de la carretera, inconciente. Se marcha. Con una gran bolsa a cuestas y las dos rosas marchitas. Con su barba incipiente y mirada despectiva. El lo sabe todo.

Las rosas hablan. Dicen que soy un idiota, les creo. Que me preocupo más de lo normal. Ponen en duda mi futuro y luego cambian de tema sin más. Se concentran en las bebidas dietéticas, y dan algunos consejos acerca de nutrición. Hablan. Cuentan experiencias pasadas. Sucesos que nadie quiere saber. Debaten, yo escucho. Debaten la existencia del señor y de tu beso. Tu beso. Suave, desconocido. Raro. Simple. Complicado. Raro como una comparación malgastada. Básico. Adictivo. Adictivo como escribir mala poesía o las lecturas del Marques de Sade. Sin ritmo, atontado. Raro, ya. Son asi, sin sentido si, son rosas que no tienen sentido. Todo lo ven. Se ensañan con el tiempo, lo destrozan. Hablan a sus espaldas, entre susurros. Yo escucho, no tengo mucho que hacer. Las rosas hablan si que hablan, pero no delatan no te preocupes. Vuelven a tu beso. Largo y esporádico. De dosis semanales. Estas claramente equivocada, y las rosas lo saben. Tú lo sabes. No basta, y nunca bastará. Hasta que me aburra o te aburras. Ya sabes lo que dicen (las rosas, o el señor de las rosas, dos) de lo bueno, poco. Pero, ¿Cómo cuantificar que es poco? No hay límite. El tiempo lo sabe, y no es un viejo barbudo de toda la vida. Tiene dos rosas en la cabeza y no habla mucho. Carga una bolsa con todas sus pertenencias y se despide sin más. Sus rosas, dos, se marchitan poco a poco.

Las rosas me obligan. Renuncio a tu beso. No quiero algo mas en que preocuparme (si es que es posible preocuparse a esta edad) El desvelo lo suplanta. Es más emotivo, hasta provechoso. Un beso, más si es tuyo, es pasajero. ¿Qué mas si es en la mañana o justo antes de atardecer? Es solo eso, un contacto. No sublime e inconforme. De lo que no se tiene recuerdo porque me obligas a cerrar los ojos para evitar recordar ese rostro que simula entrega.

¿Como describir las dos rosas? Marchitas, sin vida, sin amor, sin compasión. Duras como la verdad, mi verdad, la que me dices todas las noches de déspota a soberano. El sentimiento laico no es prudente. La normalidad las define. De película europea son las rosas. De lugar romántico y solitario. De posarse sobre las orejas del señor viejo y barbudo que me acosa sin palabras. Son rosas brillantes y espinosas. De pétalos rojos. De acompañar al señor en sus aventuras inmortales. Y el tiempo pasa desmotivándome, asi es señor de dos rosas. No se detiene. Me quita vitalidad e inyecta dependencia. Dependencia de algo que aun no comprendo. Un asunto esotérico en el que no creo, el amor. Las rosas me impulsan a no creer, son despiadadas. Odian lo que simbolizan y a San Valentín, no se si a cupido. Al 14 de febrero y ser un símbolo. Odian las rosas blancas, no se si las azules. Los tulipanes les parecen egocéntricos y los girasoles subordinados. Son sin sentido, como el señor que no habla. Solo mira y hace que no escucha los susurros, que no siente las espinas en la cabeza, y que no cree en mi. Es el tiempo que pasa, y las dos rosas acompañan. Con un dolor en el pecho y algo mas de fatalismo, solo un poco. Debaten lo que es normal y lo natural, el miedo. La soledad. ¿El vacío? ¿Es posible no sentirse vacío? ¿Alzar la barbilla y dejar los cuestionamientos atrás? ¿Los prejuicios? El tiempo pasa y es descorazonado. No cree en nadie, mucho menos en mí.

Tu lo sabes, tiempo. ¿Dónde estas ahora tiempo? No lo hagas inevitable. Da la vuelta y márchate. La vida aun es muy larga para mí. No soy un girasol subordinado, no dependeré de ti, por ahora. No quiero paz, quiero cumplir veinte y empezar a preocuparme por mis pocas habilidades. Tranquilo tiempo, cuando vuelvas, en algunos años, no encontraras al mismo muchacho que pretende ser incomprendido. O al mismo psicoanalista jubilado ya muerto. Mucho menos casado y con hijos. Quien sabe si llenando mi vacío con un auto europeo o una mujer sumisa que le encanten las rosas y el sexo al amanecer. Camina al atardecer y toma mi mano. Desaparece viejo barbudo de dos rosas en la cabeza. Desaparece beso.

Sin rosas

Sin rosas. Las rosas no significan, existen. Reposan sobre las orejas del señor, del tiempo. Rodeadas por las paredes de tu habitación. Son rosas, son tus ojos. Grandes vistosos. Esos ojos que me acompañan en la soledad. El recuerdo de ellos. De tu figura espigada caminando entre la multitud. De querer acercarme a ti, sigiloso. Violento ante las miradas opresivas de los que están en el poder. Luchar y tomar tu mano. Larga y suave. Tomarla y huir quien sabe a donde. Escapar un viernes de tantos sin prejuicios y miradas presidenciales. Sin nada mas que las ganas de analizarte, en el atardecer que tanto veneras. O en el amanecer junto a la playa. Estar, ser. Contemplar la naturaleza, tus ojos, tus labios. No ser poeta de un momento, dejar las nubes y el cielo a un lado. Ser cuentista bajo un cielo artificial, de luces artificiales en un paisaje colonial prefabricado. Reír junto a ti. Vivir con tu recuerdo. Esperar a tu llegada. A la llegada del mañana, a tu amanecer. Tu atardecer en la ventana.


4 mar 2008

Fases de manipulacion.

Este texto puede parecer tan personal -juro por mi perro que no lo es!- pero es general, sé que muchos hombres con pareja reconocerán el tipo de manipulaciones que describiré en unos momentos. Lo grave sucede cuando las chicas usan estas técnicas y el hombre arrepentido pide perdón, se siente culpable, entre otras cosas mas pateticas! y que no voy a desperdiciar en describir.

Cuando una mujer quiere algo con bastantes ganas y sabe que tu vas a negarte o que puedes negarte pasa por una serie de fases.
Fase 1: Te lo pide con ojitos o por favorcito

Esta técnica se reconoce porque la mujer habla despacito, como si fuese mimosa, te presta mas atencion de lo normal y quiere darte pena, quiere sacarte esa vena humanitaria en muchos casos inexistente que llevas dentro para que hagas algo por ella. Ya sea que cenes que sus padres, en el mejor de los casos, que salgas de fiesta con sus amigos que son los seres que mas destestas en este mundo, o algo por el estilo.
Un ejemplo casual, estás tranquilo, acostado en el sofá, cama -o lo que sea que te brinde el equivalente al placer sexual que te da tu novia- la noche del viernes viendo LOST que es casi tu religion. No te dan ganas ni de moverte y estás ahí a gusto, feliz de la vida. Tus planes son quedarte toda la noche ahí tirado. Entonces aparece tu novia con cara de -quiero salir- y tu -FUCK! Condenada mujer que no entiendes mis necesidades?- pero vamos, no eres tan desalmado así, tienes una estrategia

-¿Podríamos ir a dar una vuelta por la ciudad?
-Claro, claro, cuando vuelvas avisame como está el trafico
-Comeme los pelos del culo! -pero no se da por vencido, utiliza sus tacticas fisicas y dice-Dale! salimos un rato al cine- mientras te toca y te ve con deseo, pero eres fuertes y dices
-Dejame ver LOST mujer!

Ella al ver que eres duro como piedra a su técnica número 1 pasa a la fase 2.
Fase 2: Hacerte sentir culpable
Tu novia, viendo que la fase 1 no surte efecto pasa a la fase 2, en cuestión de segundos. En ésta fase es normal que tu chica vaya alternando entre fase 1 y fase 2. Lo que hará aquí es intentar que te sientas culpable y para ello usará todo tipo de artimañas descaradas y desalmadas. Desde exageraciones como -es que nunca hacemos nada- -hace meses que no salimos de fiesta- -ya no me prestas atencion- -siempre estas con tus amigos- Lo que son todos argumentos exagerados, totalmente falsos y sin ninguna prueba mas que la mania depravada de tu novia. Cuidado, utilizará cualquier cosa para hacerse la pobre víctima y que te veas como un Charlie Mason cualquiera. En este punto es cuando muchos ceden.
Sigues vegetando sin hacerle caso
-Ugh!, es que siempre estamos tirados aca, quiero salir, nunca hacemos nada (fase2), me siento aprisionada (fase1) Y ademas solo vemos a tus amigos, ¿Cuando salimos con los mios? -despues de esta metralla de frases pre-fabricadas puedes sentir confundido, tranquilo, modula y restale importancia
-Pero si ayer dimos una vuelta por ahi, sabes, cuando nos vimos y te dije la cosa que tenia que hacer ¿Fue ayer no?
-Que te den por el orto!, quiero salir un rato, el otro día nos quedamos sin salir y etc -en este punto empieza a balbucear cosas con y sin sentido para hacerte sentir culpable y los alterna, de nuevo, con la fase 1

Fase 3: El enojo
Tu chica, viendo que sus armas no surgen efecto pasa a otro plan, hacerse la enojada o utilizar la ley del hielo @.@. En esta fase suelen cruzarse de brazos y mirar al suelo con cara de enojada y soltar frases como -dejáme- -no me toques- Decir cosas como -ya estoy harta- -Es que siempre hacemos lo mismo- -ya no eres igual que antes-
En este punto suelen presionarte un poco con la citada ley del hielo. Se van a nulear o a hacer equis cosa sin sentido para ver si le prestas atencion. Se cuidadoso! Se ponen a hojear cualquier cosa que consigan y ordenarlas. Cualquier estupidez que haga ha sido meticulosamente pensada para que vayas atrás preguntando -MI AMOR! ¿Que te pasa? No seas nulita- si dices eso pues ya la cagaste para la mierda y te puedes morir ya mismo ya que te va a castigar más y después te presionará alternándote la fase 1, 2, 3 y caeras en un circulo de locura del que solo saldras quitandote la vida o a ella. Tu decides.

-Cariño, ¿Qué te pasa?
Ella viendo tu debilidad presiona más. Lo curioso es que si en vez de decirle que te pasa, la ignoras, ella seguiría haciéndose la enfadada con frases como -Nada- -Que te importa- pero como reaccionaste decide presionarte más para ver si consigue lo que quiere.
-Nada, dejame tranquila - Coño mujer, se racionable, si estoy cediendo me vas a decir nada?
-Ok. Ve a que te jodan.
-Anda a que te den por el orto
Tu te ries cinicamente y dices
-Ya mi amor¿Quieres salir?
-No, ya no, da igual - aquí básicamente lo que está haciendo es que te sienta s culpable porque supuestamente se le han quitado las ganas de salir por tu culpa OHH que malo eres!
-Bueno, nos quedamos acá
-Hijo de puta
Fase 4: La Desesperación
Acá es cuando está del todo enojada. Tiene brotes histéricos con un punto de esquizofrenia. Todos sus delirios compulsivos-obsesivos se hacen presentes. Te grita sin sentido, se pone a llorar, lo que hace básicamente es intentar crearte una desestabilización emocional HIPERARRECHA para que accedas a sus peticiones. Acá es cuando casi todos los hombres ceden por el simple hecho de acabar con la situacion desesperante en la que se ven enfrascados y no suelen llegar a la fase 5.
Pueden ocurrir cosas como que se vaya dando un portazo. Se quite la ropa de salir. Te haga sentir culpable porque no la quieres sacar. Se vuelva a poner la ropa diciendo -no me voy a quedar acá porque tu quieres, me voy con mis amigas JUM- Seguido de irse, otro portazo y volver con otra excusa y asi indefinidamente.

Esta fase es bastante impredecible y depende mucho de cada mujer. Si tienes un mounstro, preoucapate. Hay un truco acá para no sucumbir ante tu novia y pasar a la fase 5 -el jefe final mas dificil que Sephiroth- Esto se podría considerar un truco como el de los videojuegos. Si no lo sabes hacer bien la mujer seguirá enfadada hasta que se le pase el cabreo contigo. Por ejemplo, si se va de fiesta sola a lo mejor te habla poco durante 1 día o 2. Pero si inutilizas esta fase no habrá tanto rencor.

Para inutilizar esta fase en las mujeres puedes soltar alguna de estas frases sacadas de lo maravillosamente maduro que eres y verás como causan gran efecto:
-Así no vas a conseguir manipularme, se que intentás manipularme-
-Pareces una niña pequeña enfadada porque su padre no le compre un juguete, no me vas a manipular- siempre se trata de hacer ver que sabes lo que trama ASI NO LO SEPAS!
Otra cosa que les revienta bastante es que las ignores completamente. Ahí si que aumentan la dosis de esquizofrenia psicopata. Lo importante para pasar a la fase 5 es no alterarse ni entrar en una discusión. Si alguna vez lograste pasar a la fase 5 es que eres un crack
Fase 5: La redimición
Viendo ya que te la has fumado y que conoces todos sus berrinches psicoticos su fase 4 está acabada. Y totalmente desesperada. Entonces te pide perdón y de corazón te dice que quiere que salgas con ella, que no te lo pidiera con tanto ahinco si no fuese importante para ella. No te intenta hacer sentir culpable, ni finge ojitos para dar pena, en esta fase lo dicen de corazón porque de verdad les hace ilusión y se sinceran contigo.
Ella te da a elegir amablemente. Puedes o no acceder. Lo más normal es que accedas ya que ya la hiciste sufrir bastante. Sino accedés generalmente te sentirás culpable y te habras lavado el orto con toda la dedicacion que le prestaste a las fases anteriores. Si no siempre queda una opcion, TU SE LA VICTIMA! INVENTA ALGO PARA HACERLA QUEDAR COMO LA MALA Y VERAS!
Sean felices!