29 oct 2009

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-Detente y no pronuncies las palabras que siempre el alcohol te da la fuerza de decir, siempre son las mismas. Las que muero por escuchar.

Escultural, no. Única, no. Especial, solo un poco. Y gran parte es por las cualidades que te coloco, no son defectos para mí, hasta ahora. Hasta ahora que te pedí no avanzar más, hasta hora que tus pies desnudos intentaron acercarse a mí y dije no. Lo vi una vez en una película, lo leí en el diario, lo escuché en una canción, sabes que no hago cosas solo por hacerlas. Me gustaría, pero no. Me encantaría, pero no, mis acciones son débiles, manipulables, no pienso realmente en lo que debería. Y veo la escena, y me confunde con los sueños aleatorios que he tenido toda la semana. La necesidad de afecto, el miedo a envejecer, el miedo a perder a mis amigos, mis necesidades más viscerales, Y veo la escena, un poco más nítida, te detengo justo antes de cruzar el pasillo, y darme otra explicación, otra mirada, otro abrazo, y si tengo suerte un beso tímido, como si nos observaran. Te digo que no hables, y sorprendentemente no lo haces. Tus pies fríos en el pasillo se detienen violentamente, nunca me habías visto tan decidido. Tu figura se detiene justo después de la puerta, me observas, callas por qué no sabes que decir, solo tienes el impulsivo capricho de aferrarme a ti, para nada, para nada. Lo sabes, y es por eso que te detienes, violentamente, lo ves con claridad, y no lo haces por mí, lo haces por ti, por lo que realmente quieres. Disfrazas tu mirada, para que piense en tu sacrificio, me dejas ir, para que sea feliz, con mis reales deseos. Yo disfrazo la mía, de dureza y decisión, no es lo que quiero, pero es lo que quiero en ese preciso instante, me basta. Luego de detenerte violentamente haces un ademan, como si intentaras correr hacia mí. Y no es verdad, no te engañes. Por eso apenas presiono el botón te mueves un poco, frunces los labios un poco, queriendo decir algo, un no, un no por favor, un cambiaré por ti. No es la solución, ambos lo sabemos. Por eso me dejas ir, por eso te dejo ir. Y las puertas se cierran, y mis palabras harán eco, harán eco, harán eco, en ese pasillo hasta que respires nuevamente, y pienses, en cualquier cosa. Contaré los días, los años, para que leas esto y me respondas, y me digas que estaba en lo cierto, literalmente, espero lo hagas.