28 ene 2010

La luz que se atrapa

La luz que se atrapa en un cubo construido por las palmas de tus manos, solida, impenetrable por medios humanos. Se vuelve pastosa, no liquida, aunque con el aumento de la temperatura corporal esto sucede poco a poco. De todo lo posible, lo pensable simplemente la deja escurrir lentamente entre sus dedos, sin quemarse. Y siento envidia. Imagino el proceso, llevarla al cero absoluto, criogénesis, bombardeo de iones, exogénesis. El núcleo del sol, de cualquier estrella, donde se encuentra en estado natural, los manantiales. Y no es como la mente imagina, no es un liquido común que fluye como el agua, no es de color blanco enceguecedora. Quema la piel, y es espesa como para no hundirse, aunque el deseo impulse a limpiar las lagrimas que escurren de tus ojos y encerrarlas nuevamente.

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