31 ago 2009

La lluvia que tarde llegó

[Chapter Three]

2009

En la ciudad donde cada objeto tiene su historia, cada agujero de bala, cada mancha de sangre, cada semáforo testigo de los atracos a plena mañana. Cada peatón que hace su historia día a día, tropezando, escupiendo, contaminando su cuerpo en una carrera que no lleva a ningún lado. Y por primera vez siento que avanzo, que tengo cierta ventaja sobre los rutinarios autómatas que pasan a mi lado, hoy no tengo un destino, ni un itinerario que seguir, un autobús que tomar, una cita a la que llegar.

Y la lluvia que tardíamente llegó, en la noche cuando no tenía caso. Cuando ya había aplacado los sentimientos que me atormentaron durante el día. Cada segundo que extrañé tu sonrisa, tu mirada. Cada segundo que me cuestioné por estar cediendo a lo que me propuse nunca más ceder. Este juego, del que al parecer aun no tengo experiencia. El cielo que se abre, las nubes se deshacen entre rayos lunares. La lluvia que cae cuando no tiene importancia, mis cuestionamientos que resurgen cuando no tiene sentido. Sin marcha atrás solo hay un camino que recorrer, abandonar una década que me dejó todo y me lo quita a la vez para recorrer lo que falta siendo lo que soy, concluyendo en la mejor y más emotiva manera. Cuando tiempo atrás buscaba el amor desesperadamente en todas partes y finalmente llega de la forma más inesperada. Y qué más da si está a punto de acabar o no, igual lo está desde el primer día, desde el que nacimos.

La lluvia que tarde llegó, y tú con ella para dar un vuelco a todas mis presunciones, a todos mis prototipos, deseos, e ideas de felicidad. Esto es felicidad, este día sin destino, sin amigos, si quiera tu. Esto es felicidad, estar al tanto de todo, en esta década moribunda que me cambió, para enamorarme de ti y dejarte ir desde un principio. Por siempre, esto vivirá en mí, y por siempre estaré en tus recuerdos, cuando me evoques y yo haga lo propio.